La comunidad de México, vista desde afuera (y desde dentro)

Cuando observamos a su planeta lo vemos tan redondo, tan pequeño, tan azul – aunque cada vez las manchas cafés se ven más marcadas – que parece casi una canica con la que se antoja jugar.

Cuando se acerca uno un poco mas podemos observar las rayas en la tierra que marcan fronteras que no tienen mayor sentido geográfico pero que claramente dividen a unos pueblos de otros.

En unos casos las líneas son totalmente lógicas, en otros dividen áreas que deberían estar unidas pero que por algún motivo que desde fuera no entendemos los de afuera.

Y así, según nos vamos acercando más y más las divisiones se vuelven más marcadas y más ilógicas.

Algunas se deben a la localización de un pozo de agua o de uno petrolero, a veces a un deposito de agua y otras de algún mineral y las mas a caprichos poco naturales de gentes que – a veces- no recuerdan ni porque las hicieron en primer lugar.

Pero al tocar tierra nos encontramos con las divisiones mas extrañas, esas que se deben al color de la piel, al origen de extraños ancestros a los que nadie conoció y de los que nada saben, a veces se deben a los diferentes sonidos que emiten unos y otros y que ellos llamas idiomas, y a veces incluso se deben al nombre que le dan a lo que llaman el único Dios.

Y claro que visto desde afuera nada de esto tiene ningún sentido, sobre todo cuando es tan obvio que para una tormenta, para un maremoto, para un terremoto ni las líneas en el piso, ni el idioma que hablan, ni el nombre que le dan a su Dios hace diferencia alguna.

Por esto resulta especialmente interesante que ante tanta división hay pequeños puntos que brillan por su diferencia, porque estos, a diferencia de los demás en vez de buscar motivos para separarse encuentran razones para acercarse.

Hombres, mujeres, de distintos países, que hablan diversos idiomas y tienen historias diferentes se unen para ayudarse unos a otros.

Si, cuando los vemos desde afuera, observamos más lo que los hace iguales que los detalles que los separan.

Ojalá ustedes, cuando se vean a si mismos vean lo mismo y puedan tener una comunidad inclusiva, donde los valores, los idiomas, los orígenes, los colores, el sexo, las preferencias sexuales y hasta el nombre que le den a Dios se entrelacen para crear una comunidad cuya fuerza radique en su diversidad y el deseo de todos de aprender de los demás y no en un intento de unificación excluyente que exige dejar atrás las historias, la cultura y los idiomas de unos para ser aceptados por los demás.

Nosotros, en ForoJudio.com los vemos así, como la suma de sus partes, partes todas diferentes y todas igualmente valiosas. Partes generadas en Siria, y en Lituania, en España o en Turquía, en Argentina y Canadá y expresadas por igual en Español o en Yiddish, en Francés o en Hebreo, en Ingles o en Ladino con ritmos musicales diferentes y diferentes visiones del mundo que en la unidad y respeto a su diversidad crean una comunidad fuerte por su orgullo y su apertura.

Como dice el Talmud, Dios distribuyo el conocimiento entre todos los humanos para que todos tuvieran que trabajar juntos si quieren avanzar.

Juntos, todos, sumando diferencias para crear una comunidad fuerte, diversa, creativa, variada como la que hemos encontrado y diariamente exponemos en ForoJudio.com

Una comunidad donde nadie es mejor, nadie es mas importante y nadie tiene toda la razón.

Una comunidad donde todos son iguales, todos tienen algo de razón y cada uno tiene algo que aportar y así las artes se apoyan en las ciencias que se proyectan en la tecnología que alimenta el espíritu que se reposa en la lengua que se expresa en la literatura que se proyecta en la filosofía que unifica los espíritus y elimina las fronteras temporales para crear una comunidad, una sola gran comunidad, abierta, flexible, intelectualmente bulliciosa, siempre curiosa, siempre creciendo en su beneficio y en el beneficio de todos los que la conforman y de quienes viven en y con ella.

Una comunidad multilingüe, multifacética, multigeográfica, orgullosa con un foro central donde todos pueden venir a opinar, a aprender, a conocer, a crecer.

Una gran comunidad, ¿no cree usted?