La discriminación en sus múltiples formas es una de las conductas humanas que mayor repulsa debe despertar en una sociedad civilizada y organizada para vivir sin prejuicios y en igualdad de derechos y de oportunidades. Un compromiso de respeto que, tal como lo establecen las normas legales en vigencia, debe prevalecer más allá de las diferencias políticas, culturales, religiosas o de sexo.
Sin embargo, algunos indicadores nos ponen ante la amarga evidencia de que los actos de segregación no sólo se reiteran, sino que se incrementan cada año.
La reseña vale para poner en foco un caso específico: el crecimiento exponencial que registraron en los últimos tiempos las denuncias por expresiones antisemita.
En su informe anual sobre esta temática, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia) precisó que las denuncias por antisemitismo en Argentina crecieron un 107 por ciento en 2018 respecto de 2017. Se trata, sin lugar a equívocos, de un retroceso en la convivencia multicultural y plurirreligiosa en un país que parece acostumbrarse a vivir en constante crispación.
Un aspecto para subrayar del informe tiene que ver con los sujetos que, de forma individual o colectiva, se amparan en el anonimato de las redes sociales para proferir todo tipo de insultos y de descalificaciones. En ese sentido, el pronunciamiento de la Daia es concluyente: nueve de cada 10 mensajes contra la comunidad judía se propalaron por la web.
“El informe vuelve a mostrar datos preocupantes: durante 2018, los mensajes antisemita por internet se han multiplicado. Estos discursos encontraron en las redes sociales el mejor espacio para propagarse”, alertó el presidente de la Daia, Jorge Knoblovits.
Más allá de la razonable opinión del dirigente respecto de abrir un debate sobre el rol de las redes sociales y de las empresas tecnológicas como vehículos de los mensajes violentos, lo concreto es que la cultura de la discriminación no encuentra sosiego y debe ser combatida y erradicada en función de una clara toma de conciencia a escala global.
En simultáneo a su informe, la Daia dio a conocer una investigación del Instituto Gino Germani sobre la percepción social sobre los judíos en Argentina. Y el diagnóstico vuelve a ser inquietante: el 53 por ciento de los encuestados considera que hay discriminación hacia los judíos, en tanto que el 87 por ciento desconoce o tiene una idea errónea de lo que es el sionismo.
Las crónicas sobre estos comportamientos deleznables que se materializan en los vastos ámbitos de la sociedad no dejan de abrumarnos. Es hora de moderar las pasiones y de caer con todo el peso de la ley sobre los difusores sistemáticos del odio.
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