Se envidia lo que se ve; porque se ignora lo que no se ve…
Se envidia la destreza; pero se ignora la lucha y la disciplina…
Se envidia la riqueza; porque se ignoran los medios…
Se envidia la felicidad; pero se ignora que esta debe conquistarse día a día… porque esta no es permanente.
Un filósofo dice que en la vida todo se vende y hay que pagar un precio….
Que el precio más caro que podemos pagar por algo es el haberlo obtenido de balde.
Mas claro, lo que no me cuesta nada, resultara a la larga más caro…
Tengo una hermosa mansión, servidumbre, varios carros a mi disposición y más dinero del que puedo gastar…
Soy un hombre envidiado por muchos……… Que tontería.
Lo que la mayoría ignora es que para llegar a donde estoy he tenido que pagar un elevado precio…
Mi vida conyugal no ha sido mala, pudo haber sido mejor, hoy lo veo después de veinte años de matrimonio…
Desperdicie muchos momentos que pudieron haber sido gratos en compañía de mi esposa…
Ya mis hijos, dos hombres y una mujer son adultos.
Pase muy poco tiempo con ellos en su niñez y juventud, poco me enteré de sus inquietudes y logros…
Tuve que sacrificar mi yo individual, en aras de deseos y órdenes de mis superiores que atinadas o no, tuve que acatar.
Circunstancias que obligaron mi vida por caminos no siempre escogidos por mí… Pero que tuve que recorrer en pos de mi logro…
Si volviera a empezar sería un ser libre, ¡no importa el costo!
Disfrutaría a mi esposa, y con mi esposa, esos momentos gratos, felices, que se presentaron y que sacrifique en aras de lo que hoy soy…
Me hubiera acercado más a mis hijos…
Comería mas frecuentemente en casa, practicaría mi deporte favorito la natación…
Seria más dueño de mi tiempo… Y de mi vida.
Hoy en el otoño de mi vida se puede decir que he triunfado; soy un hombre aparentemente exitoso…
Pero algo alejado de lo que me hubiera gustado hacer con mi vida…
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