La misericordia y la crueldad de D’os.

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“Y yo fui el que creé el destructor que aniquila”.
Isaías 54-16

El plan divino.

Ya iniciando el mes o jodesh Elul, el mes de la misericordia(rajamim), todo el mundo buscamos la misericordia divina. Obvio, que para todo esto hay una preparación con rezos, el recitado de las Selijot y escuchar el Shofar. Nuevamente se exige de cada iehudi una nueva preparación y esfuerzo a los fines de poder obtener el favor divino. Anhelamos que se renueve el contrato por un año más, y obtener mas vida y bienestar para cada uno y los nuestros cercanos. Aquellas almas más elevadas espiritualmente, también agradecen lo vivido y piden por el bienestar de todo el pueblo de Israel.


Igualmente, sean grandes tzadikim o personas sencillas y comunes, nadie logra comprender completamente el accionar del Todopoderoso, en relación a nuestra existencia y todo lo que nos sucedió y sucede y sucederá. Siempre el pedido de cada mortal se encuentra constantemente en estudio allí en lo alto, donde ningún ser viviente puede alcanzar.
No cabe duda que al acercarse el día del Juicio, es bueno escudriñar o repensar nuestra relación con el prójimo, que tantas veces se nos presenta como desconectada de nuestra relación con Hashem.

Una sola fuente.

Espero no equivocar la cita, pero recuerdo haber leído en el Zohar Hakadósh que: “la crueldad de D’os es su misericordia”. Y entonces, hay mucho para repensar de lo que nos pasa en nuestras vidas. Y este es el momento adecuado para remarcar que todo lo que le sucede a cada ser humano, lo que llamamos bueno y lo que entendemos como malo(transitoriamente) deriva de una sola fuente o entidad.
Esto último separa el judaísmo de otras ideas y religiones que plantean una especie de dualidad donde el bien y el mal combaten uno con el otro, siendo una especie de adaptación moderna de las antiguas idolatrías de los griegos y romanos y también de los dioses de los pueblos cananeos y de los otros pueblos circundantes.

Una metáfora. Reflexión final.

En el idishkait se parte de la base que D’os desea nuestro bien, y nos otorga libre albedrío para decidir y actuar, igualmente, el Omnipotente no se desentiende de nuestro accionar, y en ocasiones debe rectificar/nos cuando desviamos el camino. En el judaísmo el libre albedrío y el determinismo se cruzan y no se contraponen, por el contrario, se complementan. Imaginemos que frente a Él hay dos botones, y el rojo implica alerta y juicio severo. D’os acciona ese botón solo en caso de que nuestro accionar humano lo obligue a hacerlo. Su paciencia infinita también se agota, y tal como un padre que, desde lo oculto, se encuentra atento al comportamiento de sus hijos, y en ciertas ocasiones debe intervenir para justamente evitar una tragedia o un mal mucho mayor, que el hijo no alcanza a ver ya que su entendimiento es finito. Las letras de la palabra Elul es un acróstico de “Ani le Dodi VeDodi Li”, es decir “yo soy para mi amado y mi amado es para mí”(del libro Cantar de los Cantares). Siendo que la novia o el aspecto femenino representa a Israel, y Hashem el aspecto masculino. Y entre ellos hay una relación de amor, pero también de correspondencia, es decir: “como yo soy para con mi amado, de igual forma mi amado se comporta conmigo”. Una relación asimétrica pero también retributiva.
Para concluir, los judíos debemos considerarnos (como afirman las fuentes y los rabinos) los hijos y siervos de Hashem, en ese doble rol está la llave que abre de alguna manera el entendimiento de cómo debemos aceptar el yugo divino, y como debemos comportarnos y comprender de alguna forma la relación de nuestros actos y las consecuencias que de ellos se derivan.
Para concluir, somos la parte mas débil de la pareja, nuestra fragilidad resulta evidente, y nuestros rezos solo deben estar dirigidos a pedir la misericordia divina. Igualmente, debemos siempre recordar que emular a D’os implica ser siempre misericordiosos y bondadosos con nuestros semejantes durante los 365 días del año. Ya que nunca podremos recibir, aquello que nosotros mismos no estamos dispuestos a dar a otros.
Jodesh Tov.

Buenos Aires-Argentina

1 comentario en «La misericordia y la crueldad de D’os.»
  1. Excelente explicacion de mi cuniado Natalio. Hermoso tributo para enriquecernos y enriquecer a nuestros cercanos.
    Daniel Gilboa
    Israel

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