La perfección no existe ni puede existir en el género humano.
El ser humano como principio es imperfecto; además de mortal y perecedero.
El concepto de perfección es una utopía, algo imaginario y finalmente no deseable.
Analicemos, ser perfecto es llegar a una etapa final de acabamiento, es la conclusión de una tarea, es llegar a una meta…
Ahora bien, el reto, el eterno reto, es el reconocernos imperfectos como la realidad nos lo demuestra; y de ahí partir hacia metas superiores dentro de nuestras aparentes limitaciones.
¡Es el tratar de escalar casi constantemente hacia nuevas cumbres!
Se nos ha dado la vida y como premio la inteligencia, además de un libre albedrío para transformar para crear, para innovar…
¿No es eso maravilloso?
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