La piel, ese espejo del alma. Reflexión

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“El Eterno habló a Moshé y a Aharón, para decir: Si una persona tuviese
en la piel de su carne una mancha clara, una mancha blanquecina o una
mancha brillante, y se convirtiese en afección de tzaráat(lepra?), deberá
ser traída a Aharón el kohén o a uno de sus hijos, los kohanim”.
Libro de Levítico 13: 1-2

La piel delata.

Cuando era estudiante de medicina tuve el privilegio de conocer al Dr Bernanrdo Nudemberg Z”L, que era un reconocido dermatólogo y referente en la especilidad, y jefe del Servicio de piel y de enfermedades de Transmisión sexual del Hospital Provincial de Rosario(Provincia de Santa Fe) mi ciudad natal. El Dr Nudemberg era además un destacado y reconocido leprólogo, y con él tuve la oportunidad de recorrer las salas del hospital y en su companía pude aprender mucho de toda clase de lesiones en piel en diversas afecciones, y nunca se cansaba de repetirme lo que constituye el título de la presente reflexión, que la piel era un reflejo de lo interno.
Podríamos citar enfermedades como: la psoriasis(placas con enrojecimiento y escamas), dermatitis seborreica, acné, y la alopecía o caída del cabello, como algunas patologías y solo a modo de ejemplo.Todas son un sintoma de alguna alteración en la salud física o mental del padeciente.


Lepra, enfermedad médica.

Una de las cosas que mas me sorprendió en esta pasantía, es la cantidad de pacientes con lepra que el Dr Nudemberg atendía, y de hecho esta enfermedad con todas sus variantes, es común en países de clima cálido, templado o tropical o subtropical. En la Argentina sería endémica en todo el centro y norte del país. Se trata de una enfermedad infecto contagiosa crónica que afecta principalmente la piel y los nervios periféricos, y en ciertos pacientes las mucosas y los órganos internos(siendo en casos crónicos y extremos mutilante). El agente causal es el denominado Mycobacterium Leprae, una bacteria que tiene forma de bastón, o llamado también bacilo de Hansen en honor a Gerhard Henrik Hansen(1841-1912) que fué el médico noruego que pudo asilar el agente etiológico o causante de la afección.
Las lesiones en piel suelen ser claras, o rojizas o brillantes, con la caracteristica que tienen en las zonas afectadas una sensibilidad disminuida.
Para concluir este segundo bloque, la lepra es común en países como Brasil, india, y otros… y afecta en general a poblaciones de bajo nivel socio-económico. Y en general denota un combo de problemas como la desnutrición,el hacinamiento, o una inmunología o sistema de defensas en bajo.
La Lepra siempre y desde la antigüedad estuvo marcada por un prejuicio o estigma, y condenó a los enfermos al aislamiento social en instituciones o leprosarios y también y en general al abandono. Causa de rechazo y temor al contacto, no obstante, ser poco contagiosa y para que esto se produzca se requiere un contacto estrecho y prolongado con el afectado.

Lepra o Tzaráat?.

Fueron justamente mis hijas, cuando estudiaban en el colegio Talpiot de Buenos Aires, que me explicaron que esta afección citada en la Parashá Tazría o capítulo semanal de la Torá, nada tiene que ver con la Lepra médica, ya que se trata de dos cosas diferentes. El Tzaráat era una enfermedad de los tiempos bíblicos que no existe en la actualidad, y que sus lesiones en piel reflejan un problema espiritual de la persona, en general la maledicencia o Lashón Hará y por ende debía atenderse y curarse con el kohén o sacerdote.
El Tzaráat podía afectar las paredes de la casa, las vestimentas y a la persona misma.
Y los exégetas remarcan, que había un aspecto positivo para el afectado, ya que se constituía en una luz roja de advertencia, enviada desde lo alto, con el fin de que la persona haga la rectificación correspondiente de su pecado y pueda curarse y volver a reinsertarse socialmente. Ya que el aislamiento obligatorio tenía como finalidad que pudiera recapacitar sobre su accionar y poder apreciar la evolutividad de la lesión.
No cabe duda que la Teshuba y la limpieza espiritual eran el objetivo, y la desaparición de las lesiones su lógica consecuencia.

Reflexión final.

Si bien Lepra o Tzaráat son dos enfermedades diferentes, y no deben confundirse, encuentro en ambas un punto de contacto. Los síntomas sean tanto en la enfermedad médica como en la afección espiritual, son un llamado de atención y que impelen al afectado a buscar ayuda. Sea al médico o al Sacerdote, implican siempre que D’os o Hashem se ha tomado el trabajo de remitirnos señales de alerta a los fines que podamos buscar asistencia y salvar nuestras vidas en todo el amplio espectro considerado. Se trata sin lugar a dudas de una bondad del Todopoderoso hacia el ser humano. Sea que la respuesta sea un combo de antibióticos (politerapia) como en la Lepra de Hansen o una rectificación moral o en la conducta.
Dr Natalio Daitch
Buenos Aires-Argentina

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