A don Antonio Escudero Ríos, quien me inspiró este relato paseando y leyendo artículos y cuentos por las Navas del Marqués.
A todos nuestros amigos que por fortuna son muchos.
Que el Amor por la Vida quede siempre encendido en nuestros corazones y en nuestras mentes.
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Cuenta una hermosa leyenda judía que, en el pueblo de Brunete, existía una hermosa muchacha que cada noche aparecía por los caminos con un cántaro lleno de agua. Un día, después de las fiestas del pueblo, los jóvenes, mostrando un valor inusitado decidieron de una vez por todas comprobar si la leyenda era cierta o solo cosas e historias de los más mayores.
Caminaron durante toda la noche en cinco equipos de cuatro personas por los caminos de Brunete, caminaron hacia Boadilla, hacia Quijorna, otros hacia Sevilla la Nueva, también a Villanueva de la Cañada y el quinto equipo hacia Villaviciosa de Odón.
En el alba del Lucero cuando ya no podían más y les dolía hasta el último hueso, una mujer misteriosa, tan bella que parecía de otro mundo, con un vestido largo y blanco se les apareció a loa cinco grupos y en las cinco direcciones de forma simultánea; – he venido en busca del príncipe, lo tienen prisionero, junto a muchos de los hombres buenos de estas zona, cada noche les llevo agua y junto a otras mujeres les cantamos canciones para que su pena termine.- Los muchachos encajaron las piezas y no tardaron en darse cuenta de la verdadera historia que algunos estaban viviendo para liberar mañana al amor que todos merecemos, amor en todas sus formas y manifestaciones.
-Bebed de mi cántaro y por unas horas seréis como un espíritu imposible de atrapar, así podréis liberar a todos los prisioneros-, los muchachos conmocionados huyeron despavoridos, todos menos uno, la muchacha reconoció al príncipe; -cómo has escapado mi príncipe-, amé tanto al Cristo y a su vida que un día simplemente me vi libre, cada noche te he acompañado en tu sueño protegiendo a quien un día juré proteger, tú eres la virgen, la Santidad por quien vivo para quien vivo.
Así el príncipe volvió a beber de su agua y su cuerpo se tornó etéreo, parecía ya un ángel fuera de este mundo.
La princesa entonó una canción muy hermosa, muy amada por los alquimistas, así el gran y bello Pegasus apareció entre los primeros destellos del Sol, frente al alba, frente al alba, en la luz de un lucero mecido por el amor de la Sofía.
Dicen los más antiguos que en algún lugar de Brunete, está la espada de un príncipe que liberó junto al amor a todas las mujeres y hombres justos y buenos.
Dicen los más ancianos que en el cielo ella se besó con él, camino del altar de una catedral construida por los Ángeles y protegida por el poderoso Arcángel Miguel.
Y cada ciclo de 190 años, alguien es elegido para levantar en un pueblo ya citado de las guerras, la espada que el Arcángel Miguel le dio al príncipe Leo para derrotar a las tinieblas de la ignorancia que acechan al hombre.
Los búnquer de Brunete cuentan muchas leyendas e historias, cada uno de los cinco caminos es un pétalo de aquella rosa de belleza inmarchitable, fuente y símbolo de toda la Vida.
Desde el parque más emblemático de Brunete, en agradecimiento a don Antonio Escudero Ríos y de todas las rosas que son la flor y nata de cualquier jardín.
Octubre del año de la Victoria 2020.
ANNO TEMPLI CMII
Muy bonito artículo. mi felicitación.