Cuando yo era niño y llegaban los juegos olímpicos nunca prestaba mucha importancia a la delegacion Israeli. Siempre miraba a los grandes deportistas, asi aprendí amar el deporte.
Fue a partir de las olimpiadas de Barcelona 1992, cuando Yael Arad ganó la primera medalla olímpica para Israel, en ese momento todo cambió. Y desde entonces todos le prestamos mucha más atención a la delegación Israelí.
Ya los los deportistas habían traído 7 medallas olímpicas para nuestro país. Y en estos juegos de Río, agregaron 2 más en la categoría de Judo.
Ayer estuve en el Puerto de Tel Aviv. Estaba todo lleno de fotos de los deportistas Israelíes bajo el título “la experiencia olímpica”.
Hace muchos años eran los militares los héroes y a veces esa nebulosa aún existe. Todavía todo lo que tiene que ver con seguridad atrae más. Las noticias negativas o anti Israelíes tienen mucho más peso. La narrativa del conflicto, aún hoy reina en Israel.
Pero, a pesar de todo esto, están floreciendo unos nuevos héroes: los deportistas. Héroes porque comunican con el mundo, porque son positivos, porque muestran dedicación y excelencia, y especialmente porque son amorosos.
Israel quiere a sus nuevos héroes.
Lo último que me gusta ver, es a un ministro abrazando a los deportistas.
Ya ha llegado la hora al gobierno de dedicar mucho más dinero y esfuerzo para poder hacer crecer más deportistas en general y deportistas olímpicos en particular. Pero en el momento de preparar los presupuestos, se dan cuenta que mucho dinero se va a otras causas que llevan a Israel hacia atrás. En vez de invertir en el futuro positivo, inclusivo, comunicativo, humanista, e internacional. Para ser una nación entre las naciones y no una aislada de ellas.
A día de hoy, Yarden Gerbi y Ori Sasson, junto con todos sus colegas, son los mejores embajadores de Israel ante el mundo. Y sobra decir que estamos muy orgullosos de ellos.
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