Luigi Bosca es una de las bodegas más premiadas de Argentina y pertenece desde su orígenes a la familia Arizu, pioneros en el concepto de bodegas de puertas abiertas para recibir a visitantes y amantes del vino. Arizu es una palabra vasca que significa robledal, y si algo caracteriza a esta familia es lo que solemos expresar como el que es de buena madera, además de ser imponente y fuerte como el roble, el árbol del que están hechas las barricas para sus vinos.
El primer vino argentino amparado con la Denominación de Origen Controlado Luján de Cuyo es Luigi Bosca Malbec, presentado por Alberto H. Arizu, y hasta entonces se ha constituido como el ejemplar arquetípico del espíritu de la región. El Consejo Denominación de Origen Luján de Cuyo, en Argentina, estableció esta primera Denominación de Origen de América, con la que se proteger, promueve y difunde los vinos tintos mayormente de la variedad Malbec.
Al catar Luigi Bosca, se presentan los aromas característicos de la uva Malbec, que en este vino son llevados a su máxima expresión: es un vino fragante y delicado, que nos coquetea desde la copa con sus tonos violáceos de frutos de ciruelas, moras y arándanos. Su paso por barrica de roble le regala su porte clásico y elegante, destacando las notas de vainilla y café. Su paso amable por boca deja un final largo y persistente, digno de quien sabe lo que quiere y cómo conseguirlo.
Luigi Bosca nos remite al refinamiento, la tradición, autenticidad y elegancia que distinguen a la variedad de sus vinos. En su amplia gama de vinos destacan los monovarietales elaborados con Sauvignon Blanc, Riesling, Chardonnay, Pinot Noir, Syrah, Malbec y Cabernet Sauvignon, pero también tiene maravillos blends como el Luigi Bosca De Sangre está, elaborado con 50% Cabernet Sauvignon y 50% Malbec, y toma su nombre por el color rojo granate brillante con tintes oscuros que le caracteriza. Este vino es vigoroso y robusto, de gran estructura y cuerpo, intenso, con un estilo único en el que se destacan las cualidades típicas de cada uva.
Luigi Bosca nos remite a los colores de la tierra y los viñedos en los que inicia su historia, y de las muchas que se cuentan al calor de la plática con una copa de este tinto en las manos. Sus tonos brillantes en copa vino nos invitan a saborearlos lentamente, a descubrir cada matiz, a captar cada detalle, a formar nuevos recuerdos envueltos en un concierto de aromas que envuelven los sentidos.
Son estas explosiones de sensaciones las que generan pequeños viajes dentro de la intimidad de una velada, que nos llevan hasta el terruño argentino donde crecieron las uvas del vino que nos produce cosquilleos.
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