Lo que Hashem te designó, nadie va a tocarlo
En una ocasión llegó un hombre a consultar al Rabino Meir de Premiszlan, y le explicó que otro hombre había abierto un negocio similar al suyo y esto le estaba quitando clientes, y, por ende, sustento.
El Rabino Meir le contestó con una pregunta:
—¿Has visto cómo beben los caballos en el río?
—¡No!, —contestó el hombre.
Entonces el Rabino le explicó:
—Primero, se agachan y con una pata mueven el agua; pues al ver su propia imagen creen que es otro caballo que les va a quitar su bebida. Pero cuando mueven el agua y ya no lo ven, entonces beben. No te preocupes, —le dijo Rab Meir—, lo que Dios te designó desde el principio del año, nadie va a tocarlo, y recuerda que Dios da sustento a todo ser viviente, porque Dios por siempre es todo favor.
“No te olvides de dónde viene la fuente de la vida”.
Saludos.
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