El racismo es un fenómeno muy simple. Blanco- Negro
Y se puede identificar muy fácilmente.
Ayer mi amiga la periodista Dikla Aharon Shafran de Kol Israel ( la radio pública Israelí ) divulgó una noticia un tanto curiosa. Explicaba que en algunos hospitales Israelíes, las mujeres y árabes y judías que habían dado a luz eran separadas.
El racismo judío no es un fenómeno nuevo. Lo novedoso es que los racistas perdieron la verguenza. El miembro de la Knesset Smotrich (Habait Hayehudi) apoyó la separación y escuchamos también a otros que la aprueban. Por otro lado tenemos a las redes sociales que están llenas de comentarios a favor de la coexistencia y en contra de este fenómeno.
Dikla me expresó que está muy contenta que su noticia haya despertado a la sociedad Israelí. Y haber traído a la mesa de discusión este asunto. Es uno de los temas fundamentales de esta sociedad y hasta ahora estaba oculto.
El tema representa algo más trascendente: ¿Qué está pasando en Israel? Más y más voces ven como legítimo ver a la población árabe Israelí como enemiga, más que eso como inferior a los judíos. Pero lo más preocupante de todo, es que los líderes no salen en contra de estos fenómenos de una manera firme. Los comentarios que hacen parecen como aquellos que rinden cuentas a sus futuros votantes.
Y estan tambien los peces, esos que no hablan del todo. Esos son los peores, los que hacen el daño moral más grande. Esos que piensan “nada más es política”, que no le otorgan ningun valor.
También está Netanyahu, él mismo dio un buen ejemplo de racismo judío el dia de las elecciones.
El momento más peligroso es cuando la sociedad se acostumbra a pensar, hablar y actuar en términos racistas. Justamente eso el lo que ocurrió en los hospitales, no les parece raro separar árabes y judías. No creen que es una situación anómala.
Son momentos nocivos para Israel. Es en esta ocasión en la cual tenemos la oportunidad y la responsabilidad de empezar a promover otra vez el regreso al camino de la esperanza.
Luchar en contra del racismo es una misión de alta prioridad para poder seguir creciendo. Se lo debemos a nuestros hijos, a nuestros nietos y a las generaciones venideras. Un arduo trabajo nos espera, para que este milagro llamado Israel no desaparezca. Y lo más grave de todo sería que esta desaparición fuera debida a la pérdida de nuestros valores.
Es el momento para que todo el mundo judío salga en voz alta en contra de estos fenómenos y abrazar a los ciudadanos árabes que son parte de la sociedad Israelí.
Para los que no entienden que en este país viven dos pueblos y siempre sera asi, han de buscarse otro lugar para vivir.
En nuestro país mujeres árabes y judías seguirán siempre compartiendo la misma habitación en uno de los momentos más importantes de sus vidas.
Photo by Kit4na
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