En estos últimos días, en Cataluña se han producido dos actos de intolerancia antisemita que han dado la vuelta al mundo y que han provocado la indignación y la repulsa de numerosas instituciones a lo largo del planeta.
Me estoy refiriendo al intolerable escrache con pintada incluida en la residencia de la periodista y escritora Pilar Rahola con insultos y amenazas muy graves, así como las escandalosas declaraciones de una comentarista durante la retransmisión televisiva del Torneo pre olímpico de Natación Artística en Barcelona.
Lo cierto es que para los que vivimos en Cataluña y a pesar de la gravedad de estos hechos, no nos ha sorprendido en absoluto
Ambos hechos tienen un denominador común. La CUP (Candidatura de Unidad Popular) y ARRAN que es la rama juvenil de la CUP. La locutora televisiva, Clara Basiana es miembro activo de la CUP y los que perpetraron los vandálicos acontecimientos en la casa de Pilar Rahola son de ARRAN que son la rama juvenil de la CUP.
La CUP es un movimiento o partido político que se autodefine como de extrema izquierda, anti sistema, independentista catalán, anti español, anti fascista, euro escéptico, anti capitalista, feminista y socialista. Yo añadiría que tienen también una obsesión enfermiza y un odio incontrolable por Israel y por el pueblo judío. Ellos nunca admitirán que son judeófobos y dirán que sólo son anti sionistas pero la cruda realidad y sus declaraciones les delatan de forma clamorosa.
Su ámbito de actuación se circunscribe a lo que ellos llaman los países catalanes que además de Cataluña, engloba la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares y en la actualidad disponen de 337 concejales municipales, 9 diputados en el Parlamento catalán y 2 en el Congreso de los Diputados de España. Y se da la circunstancia que su pequeña fuerza en el Parlamento catalán ha sido decisiva para poder crear un gobierno totalmente independentista en Cataluña y para hacer dimitir a todo un presidente del gobierno catalán como Artur Mas.
Desde hace más de 15 o 20 años, los miembros de la CUP han sido hiper activos en apoyar, crear y difundir el movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanción a Israel), así como la plataforma ELAI (Espacio Libre de Apartheid Israelí) en Cataluña. Su obsesión contra Israel es tal que su ex portavoz en el Parlamento catalán y actualmente fugada de la justicia, Anna Gabriel, lucía siempre llamativas camisetas con consignas y alusiones al boicot a Israel. En algún momento calificaron a toda la comunidad judía catalana como espías del Mossad y defendían absurdamente las posiciones de Hamas contra Israel desde según ellos una visión feminista y progresista.
Lo peligroso de este grupúsculo es que son bastante decisivos para decantar la balanza en la creación de un gobierno en Cataluña, están teniendo cada vez más apoyos en votos, muchos de sus miembros son gente preparada (su odio enfermizo a Israel es muy intencionado) y su facción juvenil aboga por la violencia callejera para conseguir sus fines políticos.
Por tanto, estas manifestaciones tan anti israelíes de este movimiento político catalán no deben sorprender y aunque representan aún una minoría en la sociedad, hacen mucho ruido y tienen mucha capacidad de influencia en la juventud. Son antisemitas de manual aunque no lo reconocen y propagan un odio tan peligroso e impostado hacia Israel en su discurso que tarde o temprano podría desembocar incluso en ataques violentos hacia los judíos. Si ya lo han intentado con Pilar Rahola que es una mujer igualmente comprometida con la independencia de Catalunya y que lo único que hace es informar sobre lo que pasa en Oriente Medio de forma más equilibrada, imagínense de lo que pueden ser capaces.
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