La escritora Margo Glantz se autodefine como feminista y actúa cómo tal. En su época de estudiante escandalizó al caminar por los pasillos de la facultad de Filosofía y Letras vistiendo pantalones, y como escritora e investigadora ha dedicado parte de su obra de ficción y textos académicos al estudio de la mujer.
Su condición femenina no ha sido un obstáculo en su carrera académica y literaria, pero está consciente de que hasta hace relativamente poco (el siglo XVII) en México era mal visto que una mujer tuviera cultura.
“No hace mucho, sor Juana Inés de la Cruz se quejaba de que algunas de las superioras de su convento la perseguían porque su caligrafía era perfecta, saber era considerado como algo indecente en una mujer”, dice al reflexionar sobre la vigencia del movimiento feminista en México, con motivo del Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo.
En el mundo de la cultura en México “siempre hay espacios por conquistar y nunca son definitivos, hay que estar peleándolos”, comenta Margo.
Ella misma, ejemplifica, es apenas la cuarta mujer en ingresar a la Academia Mexicana de la Lengua (1996), y la tercera en recibir el Premio FIL (Feria Internacional del Libro) de Literatura (2010), el segundo más importante en Iberoamérica después del Cervantes.
En su opinión, las mujeres han logrado más conquistas en los países de occidente. En los lugares donde hay fundamentalismos vigentes “el hecho mismo de leer es un crimen, ha habido asesinatos de niñas porque aprenden a hacerlo, por ejemplo en Afganistán”, recuerda.
Margo cree que el feminismo goza de buena salud en México, excepto en el mundo indígena y entre las clases marginadas.
También destaca que hay un fenómeno nuevo en la historia reciente del país, el feminicidio. “Es verdaderamente escandaloso el hecho de que a cada rato mueran mujeres en todos los estados”, dice.
La conversación con ella revela que ha seguido con interés la historia del chofer de transporte público que asesinó a siete mujeres en el Estado de México y la Ciudad de México, y que una vez capturado hace unos días, se fugó. Este mismo hombre ya fue recapturado.
Margo da detalles sobre el tema, comenta y califica: “Terrible”.
Su interés por la mujer
Margo nació en la Ciudad de México en 1939 y creció entre libros. Sus padres, inmigrantes judío-ucranianos, le inculcaron desde pequeña el gusto por la cultura.
Desde joven advirtió que la forma definir a la mujer en la literatura era a través de los ojos del hombre; “siempre era una mirada atravesada por la masculina”, recuerda.
Esas primeras reflexiones la llevaron después a escribir sobre mujeres y el feminismo. Ha estudiado el tema de las monjas de la colonia, en particular a sor Juana Inés de la Cruz, así como las figuras de La Malinche, Nellie Campobello, Elena Garro y a escritoras jóvenes mexicanas y latinoamericanas. Su libro La polca de los osos aborda el feminismo
En su vida adulta, mientras desarrollaba su carrera académica y literaria se enfrentaba a la misma disyuntiva que las mujeres en esta época, la falta de tiempo para sus dos hijas.
“Mis obligaciones laborales me impedían ocuparme de ellas por entero, pero allí están hermosas, fuertes, emprendedoras”, dice.
Actualmente tiene 73 años. Es maestra emérita de la Universidad Nacional Autónoma de México y eventualmente da clases. Se mantiene activa escribiendo ficción e investigando; por estos días estudia a la pintora Frida Kahlo.
Lee y relee a Virginia Woolf, las Brontë, Jean Austen, Clarice Lispector, y a Alejandra Pizarnik, y que admira a pensadoras que se dedican a analizar el lugar que ocupa la mujer en realidad, como Hannah Arendt, Simone de Beauvoir, Nicole Loraux o Judith Butler.
También viaja, pasa tiempo con su familia, colecciona. ¿Qué colecciona? “De todo”: zapatos, aretes, collares, ropa, objetos para la casa, muchísimos libros, y pinturas. Este último gusto ya lo dejó porque es caro, aclara.
Y tuitea. Desde que abrió su cuenta (@Margo_Glantz ) en marzo del 2011 prácticamente no hay día en que no comparta alguna experiencia, una nota periodística, “pequeños incidentes de la vida cotidiana” o alguna broma.
Sus seguidores se pueden enterar de que por estos días lee la novela La muerte de arena del escritor Kobo Abe, que una compañía telefónica le hizo un cobro injustificado, o que sus trayectos en taxi despertaron un interés especial en ella por las huellas dactilares de los choferes, un tema del que parece saber tanto como una forense.
Ningún tema se le escapa. Mientras concede la entrevista telefónica a CNNMéxico se entera que el feminicidada fue recapturado. En cuestión de minutos actualiza su cuenta de Twitter: “Recapturaron al coqueto, ¿buena noticia?”.
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