Hace unos días se conoció por todos los medios informativos la denuncia del saqueo en su propiedad de Mar del Plata, hecha por su dueño nuestro Premio Nobel de la Paz 1980 y activista por los Derechos Humanos Adolfo Pérez Esquivel. En algunos medios del exterior trascendió una noticia que cuesta creer: Pérez Esquivel propuso al Cómite de Selección en Oslo que este año 2016 sea designado con el Nobel de la Paz a un asesino confeso de 57 años,de origen palestino llamado Manwar Barghouti.
Este siniestro terrorista fue condenado a 5 cadenas perpetuas por Israel en el año 2002, por haber asesinado a un monje ortodoxo, a una empleada de una gasolinera, atentado con muertos civiles en un mercado de mariscos y varios actos criminales más. En el año 2006 fue liberado en un canje de prisioneros palestinos por el soldado israelí Gilad Shalit. Desde joven actuó en las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, brazo armado del partido Fatah del presidente de la Autoridad Palestina Abu Mazen. Un portavoz de Al Fatah llamado Abu Aiti alabó a Barghouti como una victoria de la lucha palestina.
Este engendro del mal aspira a reemplazar a Abu Mazen al frente de la Autoridad Palestina, pero parece que Pérez Esquivel, tan afecto a los palestinos, lo ignora y le preocupa más el robo de su inodoro que la problemática en el Cercano Oriente. Debería caminar a menudo por las calles de Cisjordania y Gaza para escuchar a la gente que sufre penurias, oprobio y persecución bajo este régimen corrupto, terrorista y fascista. Tampoco nuestro premiado argentino puede desconocer que en el año 2014 Barghouti llamó a una tercera intifada sin importarle un ápice la muerte de su gente y la destrucción de los poblados de la zona: la palabra PAZ no figura en su lenguaje.
Pérez Esquivel, antes de su propuesta a la Comisión Nobel,si es cierta, debió pensar que grandes líderes y estadistas de Israel fueron galardonados con ese Premio: Menachem Begin (1978) y Shimon Peres e Yitzhak Rabin (1994), que lejos estuvieron del espíritu negacionista de la paz del propuesto Marwan Barghouti.
” No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla”. Eleanor Roosvelt (1884-1962) Defensora de los Derechos Sociales. Estados Unidos.
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