El otro día me tocó estar en un evento y resulta que debido a un inconveniente de tiempo, este evento se retrasó. Hubo varias reacciones de diferentes personas ante dicha situación.
Mismo evento: diferentes respuestas.
La mayoría de las reacciones fueron relajadas y tranquilas, disfrutando a pesar de todo el inconveniente.
No faltó la persona que se sacó de quicio y reclamó algo que podía tener razón a su juicio, pero no era para que se alterara así.
Vuelvo a decir, mismo evento, reacciones diferentes: unas positivas la otra no.
Todo depende del humor y actitud con el que tomemos las cosas. A mí no me cabe la menor duda.
Me encantan las personas relajadas, a pesar de que yo ando corriendo siempre, no me relajo tanto como quisiera. De verdad admiro mucho a las personas que si lo pueden hacer.
Pero honestamente veo pocas personas que reaccionen así en términos generales. La mayoría se puede molestar por cualquier detalle, el más mínimo, que ni siquiera vale la pena haber puesto el hígado en eso.
Me ocurre igual, puede ser un detalle, un comentario. Pero así reaccionamos muchas veces.
Qué bien sería que pudiéramos ver las cosas en perspectiva y le demos su justo tamaño. Si algo es pequeño, démosle esa dimensión.
Si algo es grave, grande, bueno entonces sí reaccionemos con el calibre que requiere la situación.
Pero una enorme cantidad de tiempo-vida honestamente la pasamos estresados, enojados y ni siquiera valía la pena.
No nos percatamos que el tiempo vuela, que si algo fue de poca monta, entonces: “dejémosle ir”, superemos nuestra propia neurosis.
No necesitamos estar o irnos de vacaciones para ahora sí relajarnos.
Debemos comprender que con sabiduría es como debemos tomar las cosas: es la verdadera forma de relajarnos.
La vejez llega más pronto de lo que creemos aunque hagamos todo el esfuerzo por mantener la juventud.
Riámonos más seguido, sigamos la corriente de la vida, dejemos que nos “atraviese” sin oponer resistencia. Disfrutemos las cosas!
Hagamos de nuestra vida, un deleite y disfrute. Porque gracias a ello veremos con otros lentes nuestra propia vida y la del resto.
Y veremos que estamos tan conectados que si uno genera alegría, contagia alegría, si uno genera estar en un estado de relajación, genera lo mismo al otro.
De la misma forma por ejemplo si en el coche, ó por lo que sea nos recuerdan el 10 de Mayo y para colmo le respondemos igual, ¿Qué culpa tienen nuestras madres? Si nos la recuerdan, respondamos “si amigo, claro”. Ignoremos lo que no vale la pena.
Me pasaba de joven que si alguien me tocaba el claxon, yo le tocaba más fuerte.
Hasta que alguien me dijo, “¿te has dado cuenta que se pueden bajar y golpearte aunque seas mujer?”.
Me quedé pensando y dije “tiene toda la razón, cambiaré de estrategia”. Me volvían a tocar el claxon (pero yo ya no volví a tocarlo) y volteaba les sonreía y les mandaba un beso.
Un desconcierto total!
Créanme en verdad la gente lo que menos espera es que uno se tome la vida de forma relajada. Esperan que respondamos con neurosis, mentadas y otras cosas más, pero siempre para mal.
Uno nunca espera algo bueno y se desconcierta al recibir un buen trato, es muy divertido, si uno lo piensa, ¿para qué enojarse?
Me encanta la frase que usa mi esposo: “yo vine a esta vida a disfrutar” y otra de mi buena amiga Fanny: “yo vine a esta vida a tomar café”.
Que increíble que uno pueda hacer todo lo que tiene que hacer: trabajar, estar con la familia, estar en los círculos sociales, hacer miles de cosas, pero con la mentalidad de pasarla bien cada día. No de sufrir y que todo sea un tormento y un drama.
Y la mayoría de las veces por nada, si lo vemos en perspectiva decimos: “¿para qué me enojé por esto?”, “en verdad era una tontería”, y así puede transcurrir toda nuestra vida.
Hace poco andaba angustiada/enojada por algo (que ni importaba) cuando me ve y me detiene con su mano mi hijo Moy y me dice: “Mamá respira hondo”, “así, mírame”, “y te vas a sentir mejor, saca el aire”, “Anda vente a jugar conmigo “. Y por supuesto seguí sus instrucciones y me fui a jugar con él. Y no saben cómo lo disfruté: el momento y la lección.
Eso señores, es una enseñanza de vida.
Si no nos relajamos ahora, ¿cuándo?
Disfrutemos, relajémonos, hagamos de nuestra vida un viaje, porque todo pasa…en un soplido.
Yo sí creo que D´s nos puso aquí por una buena razón, que a pesar de los subes y bajas, de las montañas rusas. Al final el saldo de nuestras vidas debe ser: “D´s gracias por todo, porque pude disfrutar cada momento que me regalaste”.
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