Hace unos días tomando café con Carlitos (Charles) Aladar, él recordó que llegó a Jodonia en los setentas a estudiar nuestra sociedad, después de licenciarse del ejército norteamericano, cuando estaban seriamente enfrentados a los soviéticos y a cada instante parecía que iba a estallar la guerra. Dado de baja, estudió antropología en la Universidad de Florida y preparaba un trabajo para doctorarse. Sin explicárselo él mismo aterrizó aquí y empezó a estudiarnos, pues tenía noticias de que en Jodonia aún subsistían los cacicazgos indígenas.
arlitos me mencionó los nombres de las castas, en cuya cúspide estaban los españoles blancos, sus hijos los criollos, nietos y bisnietos que se denominaban “hombres de bien” y en general “choznos”. Seguían diversas mezclas como “café con leche” de india cumite con hispano, “chocolate” de negra y español y “amancebados”, los nacidos de indias y piratas europeos o presidiarios y todas esas mezclas se englobaron bajo el nombre de “malasangre”. Hoy en día el que no es chozno es malasa. Aparte están los indios cumites, que no forman una sola etnia y muchos no se han mezclado. Las tribus que colaboraron con los españoles, son mejor tratadas que las que se les opusieron.
Curiosamente, don Caimito, compadre de Tramafato, que fue director de la aduana de Santa Cruz Bolívar, que enriqueció al tesoro de Jodonia (y a sí mismo) era cumite, no puro como gustaba presumir; sus hijos casaron con choznas blancas y fueron bien recibidos siendo ricos y bien educados. El sistema de castas subsiste y no es impermeable. Tramafato, aunque se ufane de su pureza de sangre y haya mandado a certificarlo a Badajoz, algo tiene de malasa y eso no evitó su matrimonio con Amorita, que es chozna pura.
Entre capa y capa hay muchas filtraciones y no es como hace dos siglos que sólo había “cristianos bien nacidos” y “pezuñas”. Además debes considerar la inmigración holandesa y anglosajona, los sudamericanos y otros fundidos a la sociedad jodonia.
No somos una sociedad cosmopolita, pero no estamos totalmente cerrados. Aislados ¡si! Ignorados, también pero cerrados ¡no!
Todos anhelan asimilarse a las castas más poderosas imitándolas, siguiendo sus modas, caprichos, habla o porte, aunque se burlen de ello. Carlitos Aladar lo notó desde que llegó y, cuando se estableció y abrió su agencia de importación-exportación, estimulado por Don Caimito, el de aduanas, uno de los primeros negocios fue la importación de talco, que era muy solicitado, para evitar la transpiración, y algo no confesado: aclarar la apariencia de la piel, en las damas.
Primero a granel, posteriormente lo perfumó y envasó en latas con perforaciones, en tres categorías: Fleur du Printemps, Lord Chesterfield y Angelito Feliz, rosa, azul y blanco respectivamente y hoy se venden en todas las tiendas, hasta con fungicidas por las micosis. Así nació su primer emporio comercial. Este Carlitos, que pretendía ser profesor universitario, acabó siendo un hombre de negocios, obligado a laborar de sol a sol, algo que ni a los peones se les exige en Jodonia. Aquí se trabaja desde la madrugada hasta la primera mañana y desde la puesta del sol hasta las nueve, el resto es ocio. Míster Aladar implementó el sistema nórdico, de lunes a viernes de diez a doce horas, trabajando con el aire acondicionado que él importa y vende, con sábados y domingos de descanso. Punto y aparte.
Sobre la vida religiosa en Jodonia, te informo que hay una gran confusión. Cuando en 1897 se declaró nuestra independencia, con la orden de que los españoles abandonaran la Isla, todos los clérigos la dejaron, excepto Juan Oliveño, un seminarista y un acólito, que al designarse a Nadajala como capital, se autonombró obispo y procedió a ampliar la iglesia para hacerla catedral, pero Oliveño murió de viruela. (La vacuna obligatoria se decretó hasta 1935). La catedral quedó acéfala como todas las demás iglesias. El seminarista Pío Troneras, se hizo cargo como cura y al cabo de los años se nombró obispo. En las demás poblaciones no faltó quien usurpara curatos y estableciera santuarios y, como no hubo autoridad que los prohibiera, siguieron proliferando en forma silvestre iglesias, devociones y órdenes con ritos, y hábitos propios, que a los fuereños les parecen espurios, pero acá son autónomos y se traspasan al mejor postor.
e mencionaré algunas iglesias: Señor de las Espinas, Santo Niño del Colmenar, Virgen del Cenegal, Santa Nonata Virgen y Mártir, Hijas de la Constelación de María, Santo Niño Terencio. Este último tiene un increíble arraigo en el pueblo y se le atribuyen cientos de milagros. Tiene muchas cofradías tanto de hombres como mujeres. Ellos se tonzuran a los diez y seis años y todos (ellos y ellas) permanecen célibes. No toleran relaciones promiscuas, es decir, entre sexos opuestos.
Hay dos iglesias de origen corsario-anglicano: Saint Paul Barbanegra y Saint Paul George Tuerto, no aceptan la Trinidad, la Eucaristía y la Virgen. Dicen que no hay vírgenes ni en el cielo.
Todos los seguidores son muy fieles. Respetan sus votos, mujeres que toman hábitos y juran castidad, llegan al sepulcro vírgenes. De los hombres no garantiza. Hay un respeto supersticioso ante curas, sacerdotes y santones. Basta que alguien vista sotana, use alzacuello, para que se le ceda al paso, el asiento o se la deje el lugar en la fila. No hablemos de limosnas y regalitos.
Surgió un movimiento, Legionarios de San Martín Garatuza, con apoyo de los ricos adversarios de los Subuteo. Los clérigos que la dirigen han acumulado fortunas. El ingreso a las legiones es muy restringido y costoso. Se reúnen en cohortes que son fraternidades cerradas y secretas y las cuotas son en dólares. Los legionarios han abierto institutos que tienen fama de preparar muy bien a sus alumnos, todos hijos de los adinerados. En sus aulas se adoctrinan a los futuros miembros de los cohortes. Están construyendo una imponente iglesia.
Hay otras devociones, con templos de origen africano o cumite como Yambó, Lanká o Tunburdt (con “dt al final) con sacerdotes, supersticiones, etcétera, propias. Además de las orientales distorsionadas, con Budas, Ramas y Sivas, o la Santa Muerte, traída de México con sus fetiches de plástico.
Han llegado evangelizadores que están atrayendo a masas de adeptos, por su organización y la atención que prestan a la gente, a la que apoyan moral e incluso económicamente. También hay una pequeña mezquita.
Esta maraña de cultos te dará una idea de la complejidad de nuestra sociedad. Somos pocos, pero cada uno con sus angustias, sus dolores, sus conflictos sociales, económicos o amorosos no resueltos. Sus temores y sus pánicos desatados, buscando un apoyo, un consuelo, dando tumbos en la penumbra… y frente a todos, unos cuantos ofreciéndoles, de buena o mala fe, aspirinas y placebos, pócimas de todos los sabores, amuletos, medallas, estampitas y devocionarios.
Puedes ver cuan peculiar es nuestra sociedad, y los jodonios no hacemos nada por conocerla y desentrañarla. Necesitamos una docena de gringos como Charles, que nos vengan a estudiar para saber quiénes somos. Pero no se queden a hacer negocios.
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