Cuando Misty Laska abrió su pizza, lo primero que notó fue que no estaba rebanada. Entonces ella y su esposo vieron que las piezas de pepperoni habían sido arregladas en forma de esvástica.
Cuando se dieron cuenta de lo que era, la pareja, de Middleburg Heights, Ohio, estaba «en silencio», dijo a Reuters después de publicar una foto en las redes sociales de la pizza, que según dijo provenía de Little Caesar Enterprises Inc., la tercera cadena de pizzerías estadounidense más grande.
Extremadamente enojados por el símbolo nazi, intentaron devolver la pizza pero no recibieron respuesta al llamar a la tienda, que había cerrado.
Little Caesars los contactó al día siguiente para disculparse por el incidente. Dijo que sus empleados habían admitido haber hecho la pizza en broma y que nunca se suponía que se vendiera. Dos empleados habían sido despedidos, dijo Laska citando a la compañía.
Los medios locales citaron una declaración de Little Caesars condenando el racismo y confirmando los despidos. La compañía no estuvo disponible de inmediato para más comentarios.
Laska dijo que su esposo Jason había comprado la pizza, que ya había sido preparada, justo antes del cierre.
Ella dijo que sentía que la terminación no era un paso satisfactorio dada la gravedad de la «broma», pero no estaba segura de qué otra acción ella y Jason podrían haber tomado.
«Este tipo de odio que se extiende y no se toma en serio es la razón por la cual el mundo se está dividiendo», agregó. «En el clima actual, un gesto como ese es completamente inaceptable… Espero que los dos responsables aprendan una valiosa lección de esto. Difunde amor, no odio», concluyó.
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