Autoridades de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y del Departamento de Defensa informaron que hasta el 15 de diciembre permanecerán las tropas en la frontera entre Estados Unidos y México, como parte del Operativo Línea Segura para responder a las caravanas de migrantes.
Bajo este dispositivo se “monitorea” el recorrido de la multitudinaria avanzada que partió de Honduras hacia Estados Unidos en búsqueda de asilo político y lleva casi un mes en ruta.
Las posibilidades de que pudieran registrarse disturbios han preparado con anticipación al Gobierno para “cualquier contingencia”, sostuvo en una rueda de prensa Pete Flores, director de operaciones terrestres de CBP en San Diego.
Se ha solicitado el apoyo de 5.000 soldados en la frontera, incluyendo 1.300 que desde el viernes se instalaron entre San Diego (California) y Tijuana (México).
Casi un mes de viaje en un número nunca visto
La caravana de migrantes ilegales comenzó el 12 de octubre, en San Pedro Sula, Honduras, con varios cientos de participantes, pero rápidamente creció hasta llegar a los 7.000 integrantes, a medida que cruzó la frontera e ingresó en Guatemala y siguió camino al norte hacia México. Nunca se había visto un grupo tan numeroso de centroamericanos que huyen de la pobreza y la violencia en sus países y viajan en masa hacia Estados Unidos, donde no podrán ingresar por via ilegal, según decisión del presidente Trump.
Las autoridades pudieran considerar cualquier opción, incluso, si fuera necesario, “suspender operaciones” o “un cierre completo” en la frontera, adelantó Flores. “Si tenemos cualquier evento como lo que vimos cuando la caravana se movió de Centroamérica hacia México, en el que creamos que se pone en riesgo ya sea a los viajeros o a los oficiales, entonces tomaríamos los pasos necesarios para proteger a la frontera”, comentó.
De esta manera, se recurrió a las tropas que continúan con labores de apoyo, como la colocación de alambradas en la garita internacional, así como una fuerte presencia de vehículos militares en la zona.
Jeffrey S. Buchanan, teniente general de la Armada, subrayó por su parte, que es un operativo temporal de asistencia, y que en este caso la tarea de hacer cumplir la ley recae en CBP y en la Patrulla Fronteriza. Entre otras funciones brindarán apoyo médico, una policía militarizada para proteger a los propios soldados y un equipo aéreo que ayude a que oficiales tengan mejor movilidad en la frontera.
Tras fracasar en su intento de que la ONU les facilitara transporte gratuito, los miles de migrantes de la caravana de centroamericanos acampados en Ciudad de México retomaron ayer sábado su marcha a pie hacia Estados Unidos.
Paralelamente, la segunda caravana de migrantes centroamericanos, conformada por unas 2.000 personas que entraron en México el 29 de octubre, prosiguieron su camino a través del sureño estado de Oaxaca en dirección a Veracruz.
Asimismo, una tercera caravana originada en El Salvador dejó el sureño estado de Chiapas para adentrarse en Oaxaca y seguir la misma ruta que los contingentes anteriores.
Las autoridades reiteraron que todo aquel que ingrese a Estados Unuidos de forma irregular será arrestado y deportado, pero por el contrario, quien solicite asilo a través de los puertos de entrada, será verificado y recibirá su entrevista de “miedo creíble” por persecución para determinar si es elegible.
Nueva norma impedirá dar el asilo a la caravana
La caravana le permitió al presidente Donald Trump incentivar los sentimientos contra los inmigrantes ilegales. Asimismo, el viernes, Trump aprobó nuevas normas que dan al gobierno la autoridad de negar asilo a casi todos los migrantes que crucen la frontera de manera ilegal, lo que significa un cambio sustancial de las leyes que han permitido a personas que huyen de la persecución solicitar asilo. La caravana se compone en su mayoría de jóvenes, pero también hay familias con niños en el largo viaje.
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