Cómo romper el código del cerebro

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¿Qué implicaciones tendrá la creación de un cerebro artificial sobre la historia
de la humanidad?
Nadie puede acusar a Idan Segev de no pensar en grande. Él es profesor de
Neurociencia Computacional en la Universidad Hebrea de Jerusalem y compara al
proyecto “Blue Brain” (Cerebro azul), un intento de crear un cerebro sintético
con todo detalle por medio de hacer ingeniería en reversa del cerebro hasta el
nivel molecular, con proyectos de una magnitud como el Manhattan de la bomba
atómica, el alunizaje del Apolo o el Proyecto del Genoma Humano.
“Cuando quede completo este proyecto, va a tener implicaciones tan importantes
como las de estos otros proyectos científicos,” asegura. “Si no contamos con un
modelo totalmente computarizado del cerebro humano, nunca seremos capaces de
entenderlo completamente. Y es urgente que lo entendamos, tanto para curar las
enfermedades que están causando una gran cantidad de sufrimiento y también
porque simplemente tenemos la curiosidad y queremos entender.”
El proyecto Blue Brain, cuyas oficinas centrales están ubicadas en Lausanne,
Suiza, usa la supercomputadora de IBM llamada Blue Gene (Gen azul), de ahí el
nombre del proyecto. Inicialmente estuvo enfocado en estimular la columna
cortical de ratas, la cual es la más pequeña unidad funcional de neocorteza en
todos los mamíferos, incluyendo a los humanos. La columna consiste de unas diez
mil terminaciones nerviosas que están intensamente conectadas entre sí por
aproximadamente un billón de conexiones (sinapsis). Pero la meta es desarrollar
una instalación genética que pueda permitir la modelación, simulación y
experimentación rápida de cualquier región del cerebro y una meta a más largo
plazo es simular los procesos fisiológicos del cerebro humano en su totalidad.
El quipo israelí, con Segev a la cabeza, está jugando un rol integral en este
esfuerzo, el cual está dirigido no sólo a lograr el entendimiento del cerebro,
con sus cientos de billones de neuronas, sino también a reparar células y
tejidos enfermos. Cuando se complete el proyecto Blue Brain, este cerebro
simulado, si se liga apropiadamente con los sensores (tacto, visión, oído, etc.)
y si incluye la capacidad de aprender y adaptarse a su medio ambiente, puede
aprender a hablar y a desarrollar inteligencia de modo muy similar a como lo
hace el cerebro humano. Este modelo detallado arrojará luz sobre uno de los
elementos más misteriosos del universo: el surgimiento de la conciencia misma.
“Dadas las tendencias actuales, alrededor del 2030 deberíamos tener la
complejidad requerida para crear un cerebro artificial totalmente funcional y
altamente detallado,” predice Segev, “y a menos que estemos fundamentalmente
equivocados en nuestro entendimiento del cerebro, éste va a desarrollar
características humanas a medida que interactúe con el mundo”.
Segev señala que la meta más inmediata de su trabajo es formar una base de datos
sobre la información del cerebro. Esto quiere decir que su idea es encontrar la
manera de almacenar los resultados de los estudios sobre el cerebro que se han
llevado a cabo en todo el mundo en un formato uniforme al que cualquier
investigador pueda tener acceso, para de esta forma hacer más sencillo el
compartir información.
En genética, por ejemplo, si el genoma de una persona se ha decodificado, éste
puede compararse contra el de otra persona o contra el de un ratón o un
chimpancé. Sin embargo, esa misma comparación ahora todavía no se puede hacer en
estudios sobre el cerebro y eso esta retrasando el avance en ese campo.
¿Quién es Idan Segev?
Anteriormente encabezaba el departamento de neurobiología de la UHJ y fue
co-fundador del prestigiado Centro Interdisciplinario de Computación Neuronal.
Tiene una licenciatura en matemáticas y biología, una maestría neurobiología y
un doctorado en neurobiología experimental y teórica, todos obtenidos en la
Universidad Hebrea.
Aunque estuvo algunos meses trabajando en los Institutos Nacionales de Salud de
los Estados Unidos, así como en MIT, la mayor parte de su carrera la ha
realizado en su Alma Mater, dedicado al entendimiento del cerebro.
Recientemente el Edmond J. Safra Philanthropic Foundation, manejado por Lily, la
viuda de Safra, donó millones de dólares para que se fundara una investigación
muy importante sobre el cerebro en la Universidad Hebrea de Jerusalem.
De acuerdo a Segev, durante los últimos tres años se ha tenido un progreso
impresionante en obtener información anatómica y fisiológica de la corteza. Pero
es importante entender que a pesar de que no se cuente todavía con un modelo
completo del cerebro humano, eso no significa que no sea posible empezar a tener
beneficios. El tratamiento de distintas enfermedades como Parkinson o Alzheimer
será probablemente el mayor efecto del proyecto Blue Brain.
Así como el primer viaje a la luna dio como resultado que se creara mucho
conocimiento de tecnologías, materiales, ciencia, telecomunicaciones y otros
campos, de esa misma manera el proyecto del cerebro conllevará mejoras en
computación, comunicación, análisis de información, visualización en tres
dimensiones, genética y robótica.
“Me siento motivado por el deseo de entender cómo funciona el cerebro y cómo
repararlo cuando está enfermo, no por un deseo de duplicarme en una máquina
artificial,” dice Segev. “Nosotros, como seres humanos, con nuestro cerebro tan
sofisticado, tenemos una enorme necesidad de entender.”
* Tomado de “The Jerusalem Report”, agosto 16 de 2010.
Traducido por Hellen Soriano, Directora de la Asociación Mexicana de Amigos de
la Universidad Hebrea de Jerusalem.

Acerca de Hellen Soriano

Directora de la Asociación Mexicana de Amigos de la Universidad Hebrea de Jerusalem, anteriormente, Directora de Prensa, Comunidad Monte Sinai.Licenciatura en Administración de Empresas, Pace University, Nueva York y Maestría en Comunicación, Universidad Iberoamericana.Escritora y periodista.

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