“Confiar no es saberlo todo de alguien, es NO necesitar saberlo”
La vida es especial, tiene momentos fáciles, complejos, de incertidumbre, momentos donde crees que solo puedes hablar contigo mismo y que nadie debería saber lo que te está pasando.
Recorremos por el sendero de la vida, con subidas y bajadas, a veces por terracería, a veces por camino firme. Cuantas veces nos pasa que creemos conocer el camino y resulta que nos equivocamos y por un tiempo perdemos la brújula.
Para todo esto y lo que viene nada mejor que alguien en quien poder confiar. Todos en algún momento tenemos un confidente. Nuestra pareja, un amigo, una amiga, un hermano, nuestro padre y porque no, hasta D’os que nos escucha con la característica más increíble “sin criticar”.
Encontrar alguien en quien podamos confiar se dice “es un diamante en bruto”, pero a mi la vida me ha demostrado que si hay seres humanos dispuestos a escuchar, a ser sinceros, a aceptarte como eres, a estar ahí de forma incondicional, a querer solamente por el privilegio de querer.
Son esos cuasi-videntes que solo con mirarte o escuchar tu tono de voz saben que algo te está pasando.
Siempre le he dado valor a aquellas personas que no solo están sino que “saben estar”. Para mi hacen una gran diferencia. Busquemos a esos seres especiales a quienes podamos compartirles nuestros pensamientos, nuestras inquietudes, nuestras dudas, sabiendo que siempre nos darán su escucha y consejo de la manera más honesta y desinteresada.
Todos tenemos amigos, pero amigos en quienes podamos realmente confiar no son muchos. Abramos los ojos del alma y estoy seguro que más cerca que lejos, con más facilidad de la que imaginamos y con mucha sorpresa, podremos encontrar a ese ser tan especial que a veces aunque lejos esta más cerca de lo que imaginas y en quien aún y contra todos los pronósticos .. siempre.. podrás confiar.
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