Eran mis tiempos de estudiante en el IPADE, y hoy recuerdo que en una de tantas sesiones se afirmo: El poder corrompe, y más poder corrompe más…
Una de las peores desgracias que puede tener una nación es el tener un gobierno corrupto… Las consecuencias en el corto plazo son malas y en el largo plazo catastróficas.
En un país donde impera la corrupción en sus gobernantes, difícilmente las clases más desprotegidas pueden alcanzar algún desarrollo; la corrupción fluye de arriba hacia abajo mal contagiando a todo un país…
Se debilitan las instituciones públicas a la sombra de la corrupción que en el país impera; florece la injusticia social propiciando un clima de revolución y rebeldía que se va desarrollando en varias facetas resultado de una necesidad de justicia y equidad que favorezcan el sano desarrollo del país.
Siendo la revolución armada la última en imponerse como último y único camino.
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