¿Dónde está el Estado? Los ciudadanos acosados

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El pasado martes 6 de diciembre, 12 personas del Movimiento Por la Paz con Justicia y Dignidad, acudieron a Santa María Ostula, pueblo náhuatl en el Municipio de Aquila, en la costa de Michoacán. Lo hicieron a petición de la comunidad en calidad de observadores de la consulta interna que desde hace varios meses han intentado realizar, en relación con la negociación sobre tierras que sostienen con la Secretaría de la Reforma Agraria y el Gobierno de Michoacán. Ostula mantiene una heroica defensa de sus bienes comunales frente al embate del crimen organizado y seguramente de otros intereses económicos que se esconden detrás de éste, como ocurre en muchas zonas del territorio nacional.

Al salir de la comunidad el grupo fue asaltado, maltratado y amenazado por cuatro individuos enmascarados y con armas de alto poder. En el asalto, los atacantes se llevaron al Sr. Trinidad de la Cruz Crisóforo, comunero y líder moral de la comunidad. Su cuerpo maniatado y con signos de tortura, fue encontrado sin vida el día de ayer en un paraje cercano.


Se trata de la misma comunidad donde el pasado 6 de octubre fue asesinado Pedro Leyva Domínguez, un inteligente y valiente líder indígena, que representaba a Ostula en el Movimiento por la Paz.

EL martes por la noche también, Eva Alarcón y Marcial Bautista, defensores de derechos ambientales de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Benitez, miembros del Movimiento, fueron bajados de un autobús que salió de Petatlán a Chilpancingo y rumbo a la Ciudad de México. Se desconoce su paradero.

Dos hechos que se agregan a la lista de defensores de derechos humanos vinculados al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que han sido asesinados o desaparecidos en los últimos dos meses y entre los que se encuentra el artero asesinato de Nepomuceno Moreno en Hermosillo y de Julia Marichal. Así también, la Prof. Norma Andrade, integrante de la organización “Nuestras Hijas de Regreso a Casa” de Ciudad Juárez, cuya hija fue asesinada en 2001, fue atacada al salir de su casa, sin que el criminal lograra acabar con su vida como si lo hicieron con la de Maricela Escobedo en Chihuahua, cuando protestaba por la liberación del asesino de su hija.

Se trata en todos los casos de personas que decidieron salir a la vida pública para denunciar y defender sus derechos, los de sus comunidades y los de todas y todos nosotros frente al embate de la corrupción, la impunidad y la simulación que se esconde y se alimenta tras el crimen organizado. Se trata también de ciudadanos y ciudadanas que creyeron que denunciando los hechos frente a las autoridades correspondientes y solicitando protección por los riesgos en que incurrían al denunciar, encontrarían justicia y verdad frente a la incertidumbre y dolor por la desaparición o muerte de sus familiares.

El grupo de integrantes del Movimiento que acudió a Santa María Ostula estuvo acompañado hasta su llegada al lugar, por miembros de la policía federal; sin embargo estos decidieron no aceptar la invitación de la comunidad para entrar con la pequeña caravana al interior del municipio autónomo; dijeron que esperarían a su salida. Sin embargo, nadie acudió en apoyo de la caravana cuando fueron asaltados, ni tampoco a lo largo de los 300 kilómetros que tuvieron que recorrer hasta Lázaro Cárdenas siguiendo las órdenes que recibieron de sus asaltantes. Nadie acudió a proteger a Don Trino.

El ambiente de acoso y los asesinatos cometidos contra defensores de derechos humanos han aumentado de manera alarmante en las últimas semanas. Las instituciones responsables de protegerlos, tanto federales como estatales, han demostrado su ineficacia, con frecuencia desinterés y en algunos casos, incluso su desprecio frente a estos ciudadanos que con valor, se deciden a buscar a sus familiares desaparecidos, a defender sus derechos individuales o colectivos y a exigir justicia.

Dentro de los pilares de la estrategia de seguridad pública del Presidente Calderón junto con el embate frontal al crimen organizado y la reconstrucción del tejido social, incluyó la transformación de las instituciones responsables de garantizar esa seguridad. No parece sin embargo, tener éxito en su objetivo pues lo que ha venido ocurriendo desalienta a los ciudadanos a acudir a esas instituciones en busca de protección y auxilio. Por el contrario, temen que al denunciar, sus testimonios caigan en manos de los delincuentes y los pongan en riesgo. Javier Sicilia le ha reclamado al presidente Calderón que antes de haberse lanzado a la guerra frontal contra el crimen organizado, debió de haber transformado a las instituciones de seguridad pública, como son las policías y las procuradurías y todo el aparato de justicia.

Tampoco se ha implementado el mecanismo de protección a defensores de derechos humanos que le fuera solicitado al Presidente Calderón en los diálogos con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y respecto del cual emitió un decreto el pasado 6 de julio en el que instruye su creación dentro de la Secretaría de Gobernación.

La ausencia de un Estado que efectivamente proteja nuestros derechos más elementales como son el derecho a la vida y a la integridad, es cada día más evidente. Así lo muestran los compañeros y compañeras caídos en esta lucha que al parecer no muestra signos de terminar y por el contrario, parecería estarse recrudeciendo.

Como pide Sicilia, guardemos un minuto de silencio por Don Trino, por Pedro, por Nepucemo, por Marisela, por Julia y por tantos otros y otras que han caído por defender su dignidad como seres humanos.

Acerca de Clara Jusidman

Estudio economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e inició su trabajo profesional como investigadora del Banco de México, de El Colegio de México (Colmex) y de la Dirección General de Estadística.Trabajó por 20 años en el Gobierno Federal como Directora General del Empleo, del Instituto Nacional del Consumidor, del Centro de Investigaciones para el Desarrollo Rural Integral y concluyó como Subsecretaría de Planeación y Desarrollo Pesquero.Dejó el Gobierno Federal en 1991 y se incorporó a las organizaciones de la sociedad civil en lucha por la democracia. Fue presidenta de ACUDE (Acuerdo Nacional para la Democracia), participó en la creación y fue parte de la primera coordinación de Alianza Cívica, socia fundadora de GIMTRAP y de Causa Ciudadana APN y actualmente es presidenta fundadora de Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social, INCIDE Social AC.Fue miembro del Comité Técnico para la Auditoria del Padrón Electoral en 1994 y directora del Registro Federal Electoral en 1997. Coordinó los trabajos técnicos para la participación de México en la Conferencia de la Mujer en Beijing de1995.Participó como Secretaria de Desarrollo Social en el primer gobierno democrático del Distrito Federal de 1997 al 2000.En 2003 fue una de los cuatro expertos encargados de la elaboración del Diagnóstico sobre la Situación de los Derechos Humanos en México para la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas en la materia, encargándose de varios apartados del Capítulo de DESC y del relativo a derechos humanos de las mujeres. En 2008 colaboró en el diagnóstico de derechos humanos de Guerrero con el capítulo sobre DESC.En 2004 y 2005 coordinó la elaboración de un análisis sobre la Realidad Social en Ciudad Juárez, y de 2006 a 2009 promovió y participó en los Comités Conciudadanos para la Observación y la Reforma Electoral. Participa como docente y conferencista en varios diplomados en los temas de Desarrollo y Política Social, Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Políticas hacia las Familias, Desigualdad Social, Sector Informal y mercados de trabajo y Desarrollo de la Sociedad Civil.Es miembro del Seminario de la Cuestión Social de la UNAM, de la Sociedad Mexicana de Demografía, del Consejo del Observatorio de Política Social y Derechos Humanos, Consejera de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana; y ahora miembro del Consejo Consultivo Ciudadano de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM).

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