En este nuevo panorama mundial ciber-tecnológico todos debemos aprender a relacionarnos de maneras virtuales que partan del respeto y la compasión entendida esta última como empatía moral. Sin embargo, la naturalización del odio, la discriminación y la envidia dentro y fuera de la Web, están ganando la partida y el camino de la humanidad se encausa hacia la degeneración de su racionalidad deliberativa si no hacemos nada para impedirlo.
Por ello la coyuntura tecno-científica reta a nuestra racionalidad argumentativa a re-pensarnos de formas más dialógicas y responsables ante las opiniones que expresamos dentro del World Wide Web y que en todo caso solo reflejan la perspectiva de los hechos pasados desde un solo espectro del lente social que no necesariamente visibiliza la verdad detrás de ninguna situación.
Así, cuando nuestro estado de ánimo interviene en los comentarios que generamos este lo hace de forma desproporcionada, al no racionalizar lo que decimos y solo apelamos a la discusión sin sentido desde una posición de: “yo soy el que tengo la última palabra” cuando el problema real es que: “esa última palabra no aporta nada al discurso histórico-social” más allá de lo que tu imaginario identitario te hace creer.
De esta manera tenemos que re-aprender a vivir la vida sin envidia y odio dejando vivir a los otros más allá de estas malas prácticas que constituyen un flagelo humano que esta caduco, como expresión de re-conexión social. Aunque algunos todavía hoy lo quieran imponer dentro del canal discursivo que gestionan las TIC.
Porque al fin de cuentas, el reto de la racionalidad en la Red es lograr dominar la envidia y discriminación virtual que no suman nada a la sociedad.com más que una mayor polarización y estratificación del Ser ahí en el mundo, desde la lente de la filosofía crítica. Ya que uno de los principales problemas que aqueja a los cibernautas es la “crítica” pero destructiva y disfrazada de “libertad de expresión” que no tiene otra finalidad más que el desahogo de una serie de frustraciones que cargan los que ejercen el llamado hate en la social media.
Es común encontrar en Internet todo tipo de descalificaciones que rallan en lo absurdo e inverosímil y además reflejan las inseguridades y complejos que habitan en algunas personas, las cuales no han logrado superar sus demonios internos al atacar el físico de la gente, su trabajo y esfuerzo propio y además a sus familias, perpetuando en el tiempo la decadencia del ser humano irracional. En definitiva, dentro de la estructura que constituye al propio ecosistema tecnológico y que en la actualidad permite este tipo de irracionalidad ejercida por aquellos que han perdido su cordura y paz interior a falta de una ciber-educación y legislación en el espacio virtual.
(Especial para el Diario Judío.com de México.) 24 4 2021.
Artículos Relacionados: