Febrero, el mes del amor, a menudo nos invita a dirigir nuestra atención hacia las conexiones románticas con los demás. Sin embargo, en este mes especial, también es importante recordar que el amor más significativo comienza dentro de nosotros mismos. Una de las maneras de fortalecer nuestro amor propio es a través de cultivar una imagen corporal positiva y practicar el autocuidado.
La imagen corporal es la representación mental que cada persona tiene sobre su propio aspecto físico, es decir, como la persona cree que es, incluye los sentimientos y emociones que experimenta al percibir su físico, mientras que una imagen corporal positiva consiste en percibir de manera real nuestro cuerpo, ser capaz de valorarlo y sentirnos seguros con él. Algunos de los beneficios de cultivar una imagen corporal positiva son: el aumento en la autoestima, aceptación personal y comportamientos dietéticos más saludables y compasivos.
Por el contrario, la insatisfacción corporal suele surgir cuando existe una imagen corporal negativa y existe una discrepancia entre la apariencia actual y el cuerpo “ideal” deseado. Este concepto ha sido identificado como uno de los factores clave para aumentar el riesgo de trastornos de la conducta alimentaria y propiciar su mantenimiento.
De acuerdo con un artículo publicado por la Revista Mexicana de Trastornos Alimentarios, a la edad de 5 y 6 años comienzan las actitudes hacia la delgadez, evidenciando que la mejora de la imagen corporal es una tarea que debemos incentivar desde tempranas edades.
Otro concepto importante para fortalecer el amor propio es el autocuidado. Este se refiere a todas aquellas actividades y hábitos que incluimos en nuestra rutina para dedicarnos a cuidar de nosotros mismos y de nuestra salud.
Ahora bien, ¿por qué resulta crucial el autocuidado? Cuando nos enfocamos excesivamente en metas laborales, familiares o relaciones interpersonales, sin prestar la debida atención a nuestra salud y bienestar personal, nuestro cuerpo nos alerta acerca de la sobrecarga que estamos enfrentando. Por esta razón, la práctica del autocuidado se vuelve esencial para preservar y potenciar nuestra salud física, mental y emocional.
Aspecto emocional:
– Ser honesto acerca de tus sentimientos.
– Acepta y valida tus emociones.
– Hablar abiertamente sobre tus emociones con ese amigo que siempre comprende tus sentimientos.
– Meditar, reír o llorar cuando lo sientas necesario.
– Expresar tus sentimientos a través del baile, la pintura, la música o la escritura o alguna actividad que te guste y te haga sentir en paz y feliz.
– Recurrir a la ayuda profesional si lo consideras necesario.
Aspecto físico:
– Cocinar algo que te encante.
– Dormir lo necesario para que tu cuerpo descanse.
– Aprender a hacer las paces contigo mismo.
– Aprender algo nuevo (deporte, actividad o manualidad).
Aspecto mental:
– Leer un libro que te guste.
– Escuchar un podcast de un tema que te guste.
– Escribir sobre lo que sientes y piensas en tu día a día.
– Realizar alguna manualidad de tu agrado.
– Realizar algún curso, diplomado relacionado al tema del que más te guste aprender.
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