¡Felicidades, Papá!

Contexto

El Día del Padre o el Día de los Padres es un día conmemorativo en el cual se celebra al padre de familia con la intención de honrar la paternidad y la influencia del hombre en la vida de sus hijos. La fecha oficialmente reconocida del Día del Padre varía de acuerdo a cada país del mundo. En México se festeja el tercer domingo de este mes, o sea, el 15 de junio, y aunque el festejo no es tan influenciado por la mercadotecnia como el de las madres, no deja de ser importante para las familias mexicanas y no se debe confundir con el Día Internacional del Hombre, el cual fue instituido el 19 de noviembre de 1999, y cuya finalidad es la de propiciar un poco de balance entre los géneros y cuyo objetivo general es resaltar el rol positivo y las contribuciones que los varones hacen diariamente tanto a su comunidad como a la sociedad y al mundo. La historia del Día del Padre se remonta al 19 de junio de 1909 en Estados Unidos, cuando Sonora Smart Dodd quiso homenajear a su padre, Henry Jackson Smart, en su grande Washington. ¿La razón? El señor Henry enviudó muy joven y tuvo que hacerse cargo él solo de la crianza de seis hijos y a su hija le pareció una buena idea reconocer su esfuerzo.
Fuente: WIKIPEDIA

Seguramente ya todos están enterados (aunque nunca falta algún despistado, ¿eh?), pero el próximo domingo festejaremos en México el Día del Padre, una celebración que si bien todavía no tiene el arraigo y el arrastre del Día de las Madres, poco a poco ha ido ganando más y más adeptos en la sociedad mexicana. Instaurado desde 1950, el Día del Padre complementa el resto de las celebraciones para los componentes principales de la familia: a la mamá, a quien se le homenajea el 10 de mayo y al niño, a quien se le festeja el 30 de abril.

De acuerdo a estadísticas en poder del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), a 2013 existían en nuestro país 24 millones de padres de familia jóvenes, cuyas edades se encuentran en el rango de los 25 a los 59 años de edad.

Más allá del tipo de padre que nos haya tocado a cada uno de nosotros, es justo reconocer que la gran mayoría de los progenitores que existen (lamentablemente en esto de la paternidad siempre habrá algunos prietitos en el arroz, los que afortunadamente cada vez son menos), más allá de sus limitaciones culturales, económicas o emocionales, su prioridad es siempre procurar un mejor entorno para sus hijos, a quienes siempre ponen en el primer lugar de sus listas de prioridades; y así como una de las metas personales de cada individuo (hombre o mujer por igual) es poder tener descendencia, familia, también está más que claro que cuando los hijos irrumpen en la vida cotidiana de las parejas ésta se transforma positivamente en todos sentidos.

Considerando lo anterior, siempre es muy interesante analizar los estilos de paternidad que eligen los padres de una familia para conducir la crianza de sus hijos, circunstancia que será determinante para moldear la personalidad de cada uno de los pequeños, quienes basándose en los patrones inculcados por ambas figuras (la paterna y la figura) ejecutarán distintos patrones de comportamiento para solventar todas las situaciones que se les presenten a lo largo de su vida diaria y que los llevarán a un desarrollo pleno.

Obviamente, vivimos en una sociedad en la cual es posible encontrar distintos tipos de padres de familia. En algunos núcleos existirá la figura del papá autoritario, aquel cuyo eslogan principal es “las cosas son así porque lo digo yo” y que exigen que sus designios se lleven a cabo al pie de la letra sin tomar en cuenta las necesidades o intereses de sus hijos.

También existen los padres de perfil permisivo o negligente, ésos que traen a flor de labios la frase “haz lo que quieras” y que en rara ocasión se preocupan por establecer reglas claras en su familia y que cuando llegan a implementarlas casi nunca se cumplen. Los hijos que tienen papás así, por lo regular experimentan sentimientos de abandono, desamparo, hostilidad y tristeza.

También hay un tipo de padre que para muchos resulta ser el molde adecuado a adoptar: aquél que es democrático, persuasivo, negociador y sensible. Éstos son los que tienen más posibilidades de salir exitosos en la difícil misión de ser papás, porque son capaces de encontrar balances entre las necesidades de los pequeños y las reglas que éstos deben cumplir; aplican castigos cuando son necesarios (siempre en un ambiente de amor y comprensión), pero también saben de la justicia y cuando prometen una recompensa también la prodigan. La máxima divisa de este tipo de progenitores es el respeto por todo y por todos.

¿Y tú, qué tipo de papá eres? Si eres de los buenos, ¡muchas felicidades!

Y no olviden que todos los sábados los espero, en punto de las 23:00 horas, en su programa Exclusivo para hombres, que se transmite por Telefórmula (121 de Cablevisión y 121 de Sky).

Papás papacitos