Difícil creer que existan padres de familia con capacidades mentales sanas y lógicas, odien a sus hijos, les quieran causar daño o les desean el mal.
Ser padre es un privilegio y un regalo que la vida ofrece. No es una labor fácil. Esta cuestión involucra mucho trabajo físico, moral y emocional. Ser padre viene acompañado por una serie de obligaciones y responsabilidades que en ocasiones confunden y crean situaciones tóxicas o dañinas.
Hay que recordar que uno es primero persona y después es todo lo demás. Esto quiere decir que antes y además de ser padre y querer incondicionalmente a sus hijos; uno también es persona. Con sus propios sueños, necesidades, intereses, carencias y desde luego sus locuras, con su bagaje emocional que carga y que heredó.
Es imposible ser un padre perfecto, pero siempre hay que tratar de ser la mejor versión de uno mismo. Por mejores intenciones y grandes aciertos que se puede tener, uno se equivoca y sin querer lastima y causa uno o dos problemas adicionales a los que la vida tan generosa ya ofrece.
No siempre se puede ser el padre ejemplar que uno desearía. En ocasiones se habla de más o se dice de menos. se pide lo que no se tiene o no se puede dar, o se lastima sin querer. Cada uno con sus propios errores y en ocasiones hasta impide el desarrollo sano del carácter de los hijos.
El drama y los problemas familiares generalmente no son por falta de amor. Son por carencia de herramientas emocionales, que provocan problemas que conspiran contra la paz en el hogar.
Se vale equivocarse. Se puede ser imperfecto y hasta cometer tonterías. No es justo ser egoísta, indiferente, sádico, y arrogante. No se debe de lanzar el enojo y frustración a sus hijos haciéndolos sentir, miserables, culpables o de menos.
NO SE VALE. Abusar del alcohol para sentirse fuerte. Gritar o pegar para no cubrir el dolor o la ira. Ofender e imponer para no reconocer los problemas y las frustraciones personales. Ignorar para castigar. Evadir para no enfrentar la turbulencia mental que uno carga. Juzgar para no escuchar, o no querer entender.
Uno puede tener malos días, es más malos años… la vida puede ponerse difícil, la carga sentirse imposible. El corazón puede estar desilusionado, pero los hijos no tienen la culpa.
Los hijos no pidieron venir a este mundo, el regalo de vivir y el compromiso de cuidarlos fue una decisión personal. Por lo mismo, ellos poseen el derecho de tener la oportunidad para vivir en paz, y con armonía familiar.
Uno como padre tiene que aprender a poner distancia en lo que siente y como lo expresa. El bienestar de los hijos siempre debe de ser una prioridad.
Los problemas personales son propiedad privada, hay que resolverlos y aprender a manejarlos con sensatez sin atribuirles a personas inocentes que no se pueden defender.
La receta
Mejores padres de familia
Ingredientes:
- Responsabilidad – obligación para ser un buen ejemplo y educar con moralidad
- Amor propio – aprender a quererse suficiente para poder querer a los demás sin resentimiento
- Integridad – valor para hacer lo correcto y poder distinguir la realidad con claridad
- Determinación y compromiso – para educar con altruismo y ser mejor cada día
- Flexibilidad – valor para poder cambiar, ajustar e integrarse a las necesidades continuas
Afirmación Positiva para ser mejores padres de familia:
Trato de ser el mejor ejemplo que mis hijos pueden ver. Reconozco mi compromiso y responsabilidad para ser mejor persona e inspirar a mis hijos a que ellos también lo sean. Marcó un camino claro. Construyó un hogar seguro para mi familia. Puedo enojarme, frustrarme y hasta deprimirse siempre y cuando mi forma de sentir no involucre o tenga repercusiones hacia otras personas. Querer ser buen padre de familia es respetar, apoyar y cuidar el bienestar de mis hijos.
Para ser mejor Padre de familia:
- El trabajo de padre de familia nunca se expira. No importa que edad tengan los hijos mientras sus padres vivan, siempre tendrán unos ojos que los cuiden y unos brazos que los cobije y un ejemplo a quien seguir.
- Los padres de familia tienen una influencia muy importante en la formación del carácter de sus hijos. Las personas que reconocen y valoran su responsabilidad de ser un buen ejemplo, son padres más conscientes, sensatos y sobretodo más sabios.
- Ser padre es un privilegio y una oportunidad. No todas las personas tienen la posibilidad de formar una familia propia. Cuando se reconoce que los hijos son un regalo temporal entonces se les disfruta y se les trata de dar todo lo mejor que uno tiene.
Saber disfrutar lo que se tiene, aguantar los días complicados y superar las adversidades, son parte de las labores diarias que todo padre de familia tiene todos los días para cuidar a sus hijos.
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