Mezcal Cómplice es la esencia de México capturada en una botella; echa raíces y nutre todo lo que tiene alrededor; es el rito que pasa por varias manos hasta convertirse en elixir; es un maestro que recorre un largo camino para venir a contarle sus secretos a quienes sabemos escuchar.
Las mentes brillantes detrás del éxito de Mezcal Cómplice saben que elaborar mezcal con paciencia, con sus manos, siguiendo el camino de los maestros, su guía y conocimiento, y con los niveles de calidad que le dieron el reconocimiento internacional, es una forma de agradecer no solo a Oaxaca, sino a todo México; llevando su nombre y su magia alto.
Al rastrear la raíz etimológica de la palabra mezcal, encontramos su origen en la lengua náhuatl; “mexcalli” significa maguey cocido, término que hace referencia a una parte esencial del proceso de producción del mezcal, misma que le da su peculiar sabor a humo: la cocción del corazón del maguey.
Durante este proceso, el corazón o piña del agave, se cuece en hornos construidos en un hoyo en la tierra. Estos hornos utilizan leña, que generalmente es madera de pino, aunque el tipo depende del sabor que se le quiera dar al destilado; piedras de río que soportan las altas temperaturas requeridas para la cocción, o rocas de monte; bagazo de maguey para que el calor se distribuya de manera uniforme, y tierra para cubrir el horno y dejar que la temperatura suba. Este proceso puede durar de tres a cinco días según el clima del lugar.
Sabiendo que el ahumado es un resultado natural del proceso de cocción del mezcal, todos los mezcales van a tener este sabor particular en mayor o menor medida. Sin embargo, un sabor altamente ahumado no es normal y se debe a varias razones.
La primera es que las piñas se quemaron durante el proceso, perdiendo su aroma natural; y la segunda es que hay quienes guardan el humo que resulta de la cocción en ollas o frascos y después le agregan el mezcal, haciendo el sabor ahumado mucho más intenso. La producción de tequila, a diferencia del mezcal, las piñas se cuecen al vapor, dándole un sabor a frutas.
Mezcal Cómplice es un mezcal artesanal hecho en Oaxaca; una marca que ha encontrado su diferencial a través de la calidad de su producto y la relevancia de sus contenidos. Nace de las conexiones que creamos con cómplices; conexiones emocionales, creativas, intensas, lazos profundos que nos mantienen unidos, compartiendo la pasión y el arte de tomar mezcal.
Esta joya líquida tiene su origen en la complicidad, la que se crea entre el maestro mezcalero y la tierra al cuidarla para después cosechar sus mejores agaves; la que florece con la confianza hacia la sensibilidad y experiencia de sus maestros; la de todos esos amores y aventuras que surgen a partir de los momentos en los cuales se disfruta y comparte el mezcal.
Artículos Relacionados: