En la década de los sesenta, la moda europea giró en torno de formas simples: faldas rectas o de línea “A”, blusas, suéteres o chaquetas a la cadera, trajes sastre de línea “H”, con largos que rebasaban apenas las rodillas. Los zapatos siguieron dos estilos: con punta ovalada o cuadrada.
Y…”¡Arriba las faldas otra vez!”, gritó de improviso Vanidad, mi etérea amiga. “Y ahora sí, en serio”, dijo, agregando que ese fue el nuevo grito de las mujeres en su vestuario a mediados de los sesenta con el aplauso unánime de los varones de la época.
Los viajes espaciales, las historias de ciencia-ficción y las historietas desencadenaron la imaginación de los diseñadores, quienes se volcaron hacia las formas espaciales con modelos geométricos, metálicos, articulados y de plástico como los creados en 1964 por Paco Rabanne quien también los confeccionó en metal y rodio utilizando en lugar de hilo y aguja, tenazas y soplete. Estoy segura que esta modalidad fue idea de Vanidad, quien sabemos es muy dada a la excentricidad que según ella sólo es originalidad.
Otra novedad que llevó a formar parte de la moda de los años sesenta fue el papel, pues Estados Unidos no sólo logró introducirlo en los artículos de uso efímero como servilletas, toallas y pañuelos, sino que abarcó hasta los vestidos. Así es: vestidos desechables para las damas de gustos volubles. No duró tanto esa moda, ya que ocurrían muchos desaguisados con las roturas y los incendios.
A la muerte de Christian Dior, Yves Saint Laurent se convirtió en el director de la firma, pero en 1962 creó su propia casa de alta costura. Vistió a las mujeres con traje sastre y pantalón para el día y con esmoquin para la noche. Fue el precursor de la línea pret a porter, que da la oportunidad de vestir con diseños creados por los famosos modistas sin pagar el precio de la exclusividad.
Las minifaldas captaron la atención tanto en mujeres jóvenes como maduras de los años sesenta. En 1967 surgió la modelo que revolucionaría la figura femenina, pues lo que por largo tiempo estuvo de moda se tornó de pronto en vulgar y fuera de época.
Twiggy se convirtió en la figura ideal para lucir las minifaldas en una forma elegante. Dado que tal moda discriminaba las curvas insinuantes, las mujeres obesas empezaron a bajar, pero no de peso, sino los dobladillos de sus faldas.
Vanidad, con su aguda voz, me sorprendió al pedir: “Imagínate una pata de elefante. Ahora, a esa pata agrégale unos zapatos femeninos de tacón muy grueso, altas plataformas y de corte chato. ¿Ya lo tienes? Pues así lucieron los pantalones de moda en la década de los setenta. Claro que yo no tuve nada que ver con esa corriente”. Así es Vanidad, ella casi nunca acepta sus desaciertos, pues en este caso el error consistió en que la altura tan desproporcionada que adquirieron los zapatos, provocaron las fracturas en tobillos de muchas jóvenes.
Además de los pantalones pata de elefante que cubrían los zapatos, los chalecos y chaquetillas que llegaban apenas a la cintura, cobraron fama. Los estilos chemise volvieron y la corriente prenda sobre prenda tuvo su muy buena recepción entre la juventud, al asociar blusas y chalecos, blusones ligeros con blusas ceñidas, faldas sobre faldas y todo lo que la imaginación podría crear, sin tomar en cuenta la estética o el buen gusto.
Me recuerda Moda que en esos años surgió el fenómeno punk, nacido en Inglaterra y cuyo significado es “podrido”. En este caso, ya no se trataba de una manifestación juvenil por razones de inconformidad o rebelión en contra de lo establecido, sino de una corriente muy bien dirigida por industrias como la del disco, la cinematográfica y la ropa. Esta vestimenta se tornó unisex y los elementos principales fueron las cadenas, la mezclilla, los teles, los tintes, las camisetas manchadas de sangre, cadenas para perro usadas como collares y un sinfín de artículos de costos elevadísimos.
En 1979, Pierre Cardin lanzó una moda un tanto curiosa: chaquetas con hombreras puntiagudas tipo pagoda. Por otro lado, Chanel continuó con sus clásicos giros, cambiando sólo las telas. “Una moda conservadora que difícilmente podrá ser derrocada”, comentó Moda con tono sabio.
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