La inquisición en México

Perseguir y castigar actos contrarios a la fe en la etapa episcopal de la inquisición novohispana Por:
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Indagar en el pasado me ha permitido esclarecer algunas ideas sobre un tema que me interesa mucho y del cual no había podido escribir, por eso dedicaré este espacio para mencionar el papel que tuvo la Inquisición en México, enfatizando los aspectos más relevantes, los antecedentes, cuestiones políticas, sociales y religiosas.

El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en México se estableció por mandato del rey Felipe II en 1569; se encargaba principalmente de perseguir y castigar los actos contrarios a la fe, a las buenas costumbres, la moral cristiana, además acosaba a los disidentes de los dogmas católicos y vigilaba los libros prohibidos. Los delitos más perseguidos por el Tribunal del Santo Oficio eran la herejía y la brujería.

Herejía, palabra que se aplicaba a casi todo lo que pudiera ser considerado pecado, hereje era el no católico, el que hablaba mal del Papa o cualquier autoridad religiosa, el que propagaba conceptos no aceptados por la iglesia, aunque fuesen científicamente probados como el caso de Galileo Galilei, primero en utilizar el telescopio para observar el cielo y difusor de las ideas heliocéntricas, que rechazaba la biblia. Por eso aquí entran las brujas, los astrólogos, protestantes, judíos, aquellos que leían libros prohibidos, los que lastimaban imágenes santas, los críticos de cualquier bula papal y hasta los que dudaban de la existencia del purgatorio, del infierno, todos eran llamados herejes, como sucedió en los juicios de Miguel Hidalgo y José María Morelos y Pavón.


Es de mencionarse, el primer contingente de frailes que llegaron a la Nueva España fue en 1524, grupo de doce franciscanos encabezados por fray Martín de Valencia, incluso antes de la llegada de este personaje, las tropas españolas venían acompañadas de eclesiásticos quienes desde 1522 ejercieron actividades inquisitoriales.

Para el año de 1526 llegaron los primeros dominicos a la Nueva España, con su representante principal fray Tomás Ortiz, quien traía nombramiento de comisario de la inquisición, dado por la Audiencia de Santo Domingo en la Española. Sin embargo, el padre Ortiz no ejerció su papel ya que tuvo que regresar a España, por lo que quedó en su lugar fray Domingo de Betanzos, quien ejerció el oficio de inquisidor a partir de 1527, llevó a cabo 19 procesos de blasfemia, también reunió información sobre judaizantes. Al año siguiente, 1528, pasó el cargo de inquisidor novohispano a fray Vicente de Santa María, quien llevó a cabo el primer acto de fe en donde fueron quemados dos por judaizantes: Hernando Alonso y Gonzalo Morales.

En el año de 1535 el fray Juan de Zumárraga se involucra de lleno en la Inquisición y recibe el nombramiento de inquisidor apostólico de la ciudad de México, de esta forma da inicio la etapa episcopal de la inquisición novohispana, el cual cerraría definitivamente sus puertas en 1819. Durante la época de Zumárraga la función de la Inquisición se basó en el enjuiciamiento de los indígenas, la poligamia, la bigamia, amancebamiento, adivinación y la superstición, estas fueron las causas más frecuentes.

En 1570, la Corona le quitó la Inquisición a los frailes y se la encargó a los obispos, periodo llamado “Inquisición episcopal”, puesto que la acción realizada por fray Juan de Zumárraga de enjuiciar a indios nobles provocó el escándalo y la Corona se vio obligada a expedir la orden de que la población nativa no fuera juzgada por la inquisición, considerándose que eran cristianos nuevos quienes no conocían las prohibiciones cristianas. Sin embargo, esto no se aplicó a las castas y otros grupos raciales como los negros, chinos, mestizos, filipinos y europeos que venían como comerciantes o corsarios y que siempre fueron castigados.

Con estas disposiciones, se modificó la Inquisición en una tercera etapa llamada “de jueces de tribunal”, que duró de 1571 a 1820, con la interrupción de 1808 a 1813 por las órdenes de José Bonaparte de cerrar el Santo Oficio.

En Nueva España se usaron tres tormentos: la garrucha, el potro y la toca. No había como tal una edad para ser juzgado por la Inquisición, se dieron casos de niños de 8 años y ancianos de más de 90 que fueron duramente castigados. En las cárceles inquisitoriales se juntaban varios reos, y se les valoraba en una ceremonia llamada auto de fe, ésta podía ser pública o privada y se llevaba a cabo en el edificio de la Inquisición, que quedaba en frente de la Iglesia de Santo Domingo; se llamaba autillo de fe a juicios menos importantes.

Podemos concluir que la Inquisición tuvo un papel preponderante durante el periodo novohispano, órgano político-religioso que debía acatarse y así evitar ser juzgado y señalado no solo por las autoridades eclesiásticas sino también por la sociedad. Cabe destacar que interesaba el buen comportamiento, la moral y las buenas costumbres, también con la finalidad de hacer valer el poder y prestigio de la iglesia en este periodo. La mayor parte de los casos atendidos por el ramo de la Inquisición no tenían que ver con el oscurantismo, sino con la conducta humana, por ejemplo: la poligamia, injurias publicaciones prohibidas, faltas a la fe, ateos, rapto, adulterio, bautizo de animales o muñecos, unión libre, divorcios, falso matrimonio y sectas no permitidas por el Papa. Es de señalarse, que había tribunales especiales para los problemas civiles, y que la Inquisición solo se entendía de los casos relacionados con los problemas de fe.

Referencias
Ávila Sánchez, Alejandro. (2014). Muñeca demoniaca en el Fondo Inquisición del Archivo General de la Nación. Legajos, número 3, pp.178-185
Barba Ahuatzin, Beatriz. (2010). Inquisición e Ilustración en Nueva España. Revista ciencia, número 8, pp. 8-19
Soberanes Fernández José Luis (1998). La inquisición en México durante el siglo XVI. Universidad Autónoma de México, Revista de la Inquisición, número 7, pp.283-289.

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