En nuestra vida diaria al escuchar música a veces lo hacemos por el placer que nos da oírla, otras veces porque nos acompaña en nuestros diferentes estados de ánimo pero pocas veces pensamos en ella como una gran terapeuta.
Hellen Bonny creadora del GIM (técnica terapéutica donde la música juega un papel primordial) se dio cuenta del gran poder que tiene la música sobre nosotros y descubrió que nos podía llevar a estados muy profundos, a lugares recónditos de nuestro inconciente en donde se contacta con nuestra sabiduría interna para ayudarnos a resolver nuestros problemas, para reconectarnos con nuestros recursos, para hacernos sentir valerosos y darnos sabios consejos.
Al trabajar con pacientes y sentir en un momento dado que la sesión esta estancada, que no avanza, es un gran recurso llamar a la música, excelente coterapueta, que invariablemente nos ayuda a encontrar nuevas soluciones, a tener otra visión, a contactar con la creatividad.
Para que la música contacte la sabiduría interna del paciente, éste tiene que estar en un estado de total relajación y receptividad y la parte del terapeuta en la terapia es ayudar al paciente a relajarse y a profundizar su experiencia con la música.
Julio vino a la sesión con mucha ansiedad y después de entrar en un estado de relajación y receptivo a “El Concierto de dos violines de Bach” escuchó a la música decirle que tenga paz, Julio comenzó a sentir esa paz en el pecho y con ayuda de la música se expandió a todo su cuerpo, reconociendo que nunca se había sentido así, que su cuerpo siempre había estado tenso y ansioso, fue tanta la emoción que sintió que lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.
La música tiene varias funciones y se utiliza en terapia dependiendo de la necesidad del paciente. Puede ser una fuerza que estimula, un espejo de nuestras emociones, un espacio que contiene, incentiva a liberar y transformar estados de ánimo tales como la tristeza o el enojo o puede impulsar la exploración de nuestro inconciente por medio de imágenes y sensaciones.
Esther sufría de ataques de pánico y escuchando “Crow and Weasel” le vino la imagen de un remolino de colores rojos que daba vueltas y salía de su garganta. También vio como junto con el remolino salía el miedo y el remolino se lo llevaba. Sintió como la música los alejaba de su cuerpo protegiéndola y el remolino con el miedo se desintegraban.
Patricia quería poner limites en su vida pero sentía que carecía de la fuerza para hacerlo, llevaba toda una vida cumpliendo los deseos de otros y olvidándose de ella misma. Al escuchar “Mars de Holst” una pieza que sugiera fuerza y poder, comenzó a sentir fuerza en su corazón y en sus brazos, además sentía que la visión se le aclaraba, que un velo se quitó de sus ojos y entendió sucesos y actitudes en su vida que no tenia conciente hasta entonces.
Es muy eficaz la música en terapia y solo un terapeuta entrenado en el uso de la música esta capacitado para utilizarla.
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