Está escrito en el Talmud: “Todo el sustento de la persona está destinado desde Rosh Hashaná hasta el siguiente Rosh Hashaná, menos los gastos de Shabat, de Yom Tob y de mandar a los hijos a estudiar Torá. Si la persona gasta en estos detalles, no se le descuenta de lo que tenía destinado recibir”.
Hay una pregunta muy grande: ¿para qué rezamos, si ya está todo destinado en Rosh Hashaná?
Sobre esto tenemos varias respuestas:
1. Lo que se decreta en Rosh Hashaná es la cantidad, pero no está decretado cuánto va rendir. Podría suceder que a la persona se le hayan destinado $100, pero gastará $101; o, al contrario, podría recibir $40, y gastar sólo $39.
2. Lo que está destinado en Rosh Hashaná es lo que Dios tiene para nosotros. Pero debemos contar con las herramientas necesarias para recibir la berajá que Él tiene para nosotros. Una de esas herramientas se llama Tefilá y se compara a un barril lleno de vino: lo único que debemos hacer es abrir la llave para recibirlo; esa llave se llama Tefilá. Y no sólo eso, sino que por medio del rezo ese sustento se mantendrá para nuestro bien, ya que muchas veces hemos visto a gente con mucho dinero a la que le llegan problemas y alejamiento de su familia, presunción, etcétera.
3. Dice el Talmud: En Mazal LeIsrael, es decir, el Pueblo de Israel es capaz de cambiar su Mazal —su destino—. ¿De qué manera? Explica Rashí: “Por medio de la Tefilá es capaz de cambiar su destino para bien”.
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