En las próximas semanas, mi amiga Tere Vale publicará un libro que ya nació: “¿Por qué son tímidos los extraterrestres?” Y le puedo decir que si hoy, después de leer esta obra se me apareciera un hechicero y me pudiera conceder un solo deseo, hoy sin pensarlo, aquí y ahora, en este preciso momento, no me provocaría nada más gusto que meterme en la mente mágica de esta querida amiga.
Por supuesto que no existe un dibujo de la mente de Tere (o de alguna otra persona), y por lo tanto, no voy a poder tomarle fotografías a sus intenciones, actitudes, creencias, miedos, empatías, apegos, desapegos, tristezas, concepciones, significados, amores y cuestionamientos que aparecen en su mente: ¿de qué color será su pensamiento?, ¿de qué forma?, ¿qué tan largo?, ¿cuál será su masa?, ¿por qué pensará que piensa lo que piensa? La imposibilidad de fotografiar el sentir humano se debe quizá a que todos estos sentires se originan en el cerebro y son reflejados en la mente.
Y es en la mente donde surgen miles de preguntas cruciales: ¿Qué es el amor? ¿Debemos sufrir? ¿Estamos guiados por la razón o por la pasión? ¿Sería posible que todos nos lleváramos bien? ¿Somos libres? ¿Existe la felicidad? ¿Por qué somos empáticos con los otros? ¿Por qué somos como somos? ¿Por qué actuamos como actuamos? ¿Podemos cambiar lo que somos?, y en caso de que así sea, ¿cómo? Lo increíble de la obra “¿Por qué son tímidos los extraterrestres?” es que en cada uno de sus capítulos logra casi lo imposible: revela los negativos fotográficos de nuestra mente. Profundiza en nuestro cerebro y desdibuja emociones que van desde nuestros desórdenes alimenticios y la temperatura de nuestras pasiones hasta los apegos que tenemos a los videojuegos y a la simpatía por el otro. Y es que todo tiene que ver con el cerebro: lo que hace que nos enamoremos, lo que nos hace llorar ante una película trágica, y lo que hace a los autistas ser retraídos y a los amantes ser adictos.
Tere nos re-conoce como lo que somos: un saco de moléculas en el que ocurren reacciones químicas que se expresan complejamente en nuestro organismo y en nuestras acciones.
Querido lector, estoy seguro también que este libro desafiará muchas de sus creencias. La empatía por ejemplo, sentimiento que se cree proviene de la generosidad del hombre o de la bondad otorgada al ser humano por un supremo, nos venimos a enterar que es una realidad de la capacidad del hombre al verse reflejado en un espejo. Pero no cualquier espejo, el espejo microscópico que sólo ciertas neuronas son capaces de crear: ¡Un descubrimiento de hace no más de 20 años! La empatía, más que nobleza, es la consecuencia de nuestras neuronas espejo en acción. ¿Se lo esperaba?
Así como la empatía, todos nuestros pensamientos y comportamientos guardan alguna relación con el cerebro, y bien ejemplificado con el cerebro de Tere que nos cobija de sus historias personales y nos deleita con su humor inteligente. Y es que hay tanta genialidad en la elección de los temas, como en la escritura de los mismos, pues el texto se lee con la misma facilidad con la que se aprecia una película divertida, profunda y con sentido.
El presente texto es un vívido ejemplo de que no se necesita escribir rimbombante para darse a entender, ni pensar rebuscado para emprender la tarea de escribir. Es una obra entretenida y de exquisita lucidez mental.
Lo interesante es que todos son temas distintos en su propiedad, pero integrados en su naturaleza, pues siguen la línea de intentar revelar las ansiadas respuestas a las preguntas que a todos nos intrigan.
Pero como cada mente tiene su unicidad, la de Tere no es una excepción. Yo he tenido el privilegio, sí, leyó bien estimado lector:
PRIVILEGIO, de conjugar y convivir experiencias inolvidables junto con la escritora de este singular libro. Lo que usted no puede saber, aún cuando sí imaginar, es quién es la persona detrás de las letras. ¿Quién es la autora de carne y hueso que se ha dedicado a escribir de manera generosa la presente obra? Permítame compartirles un poco lo que contiene ese cerebro noble y brillante.
Éste conlleva a una niña traviesa, inquieta, rebelde, curiosa, pensante y cobijada en cuerpo de adulta, a un ser generoso que contagia, nutre, re-vive y re-crea a los que tienen la fortuna de su cercanía, a una extraordinaria conversadora disuelta en un exquisito sentido del humor inteligente y agudo. Pero sobre todo, a un ser inundado de nobleza, confabulado por una mezcla del Quijote con Woody Allen que nunca descansa por derribar los molinos de la ignorancia y por vivenciar todos los despropósitos de la vida. Por ello, por la persona detrás de estas páginas, y por la mente única de cada uno de nosotros, descubramos y exploremos esta apasionante aventura que versa sobre lo que más nos ocupa en el mundo: nuestro propio ser… y por supuesto, “¿Por qué son tímidos los extraterrestres?”.
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