¡Hola a todas!
Llevo un tiempo leyendo las historias de VIP Teens y me animé a contar la mía.
Testimonio anónimo:
Cuando iba en 3ero de primaria, estaba algo integrada al grupo y les conté a “mis amigas” que fui una bebé prematura, sin saber que esto tendría consecuencias.
Cuando subí a 6to grado, había cierto grupo de niñas “populares”, lideradas por una niña que todas sin excepción le hacíamos caso, pues nos daba miedo.
Un día, la líder comenzó a molestarme, decidió sin razón alguna apartarme de los equipos e incluso en el recreo, me alejó de todas las niñas de mi clase, así que yo me sentaba con las más grandes o más pequeñas.
Esto continuó hasta séptimo grado y la cosa empeoró: no tenía amigas, siempre estaba sola, nunca iba a casa de mis “compañeras de clase”.
Además, me avergonzaban y me apodaban como “chismosa” y “metiche” entre otras cosas.
Un día iba yo caminando en la salida del camión, perdida en mis pensamientos (como siempre) hasta que una niña de la clase me gritó: “avánzale tortuga, que voy a llegar tarde a mi casa por tu culpa” y yo me volteé y le dije:”yo no me apuro”, lo cual provocó una pelea.
Al día siguiente, la directora me mandó a llamar a su oficina y sin preguntarme qué sucedió, se puso del lado de la niña que me molestó, lo cual me hirió mucho.
Cuando llegué a clases, ví que las niñas hicieron un “reglamento” que entre otras cosas decía: que no podía acercarme al pizarrón ya que lo iba a “contaminar”, que no podía tomar agua al mismo tiempo que ellas, que no podía llevar ciertas cosas de lunch.
Un día en 8avo grado, una niña sin razón vino y me dio una cachetada, y cuando intenté reclamar llegaron otras dos y me tomaron de la manos y la otra solo me siguió cacheteando.
Esas niñas creen que por tener más dinero o una casa en otro lugar (por ejemplo Miami), son superiores a las que no lo tenemos, pero la realidad es que no es así, todas tenemos una Neshamá (una parte Divina de D-s) de Hashem y todas somos igual de valiosas. El dinero no te hace superior ni más que otros.
Le conté a mi mamá de lo que estaba pasando, pero creyó que sería algo pasajero. Luego se dio cuenta que era algo serio y fue varias veces a hablar con la directora hasta que ella tomó acción. El apoyo de mis padres y ir a terapia me ayudaron a salir de esta situación.
Si tú cómo Mora, Mamá, Mejanejet o amiga ves que alguien no lo está pasando bien, intenta ayudarlo, no ignores lo que pasa, y si no puedes ayudar por lo menos hazle saber a esa niña qué estás al tanto de la situación y quieres ayudarla en lo que esté en tus manos.
Aprendí que si tienes un problema, díselo a una persona de confianza,tus padres siempre van a estar a tu lado, aunque pienses que son cosas sin importancia, estoy segura que te sabrán ayudar y proteger.
Espero que mi historia pueda concientizar a más niñas y mi mensaje es: TODAS merecemos respeto y un trato justo y confía en los que amas para pedir ayuda.
Anónimo – México.
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