Este artículo se lo dedico a mi amiga Gali por sus palabras siempre enriquecedoras. ¡Siempre sumando!
Sumar es un simple tema de matemáticas, ¿porqué no aplicamos esto cuando nos referimos hacia los demás?, y de paso ¿lo aprovechamos en nuestra propia vida?
¿Por qué generalmente las personas tendemos a disminuir a los demás?, ¿Por qué no se vemos sus logros y potencialidades?, ¿Por qué cuando hablamos de alguien lo hacemos en son de crítica?, única y exclusivamente para decir algo malo de la otra persona.
Me vienen a la mente un par de ejemplos:
En un Tefilín una amiga le dice a la otra:
¿Ya viste como está pintada?, ¡está muy recargada!; es la verdad, yo sólo digo la verdad.
Lo curioso es que la amiga (la del Tefilín) estaba muy guapa. Lo peor fue cuando se juntan las dos amigas y la que estaba criticando le vuelve a decir: ¡es que traes el maquillaje muy recargado!, haciendo sentir realmente mal a la otra amiga, con la justificación de que estaba siendo honesta.
Lo que me vino a la mente es ¿Por qué no pudo hacerle un simple comentario de: ¡Qué bien te ves!, ¡estás guapísima!, sobretodo en un evento tan especial.
Otro ejemplo es de un amigo que le dice a otra persona que iba a empezar en un nuevo trabajo: “aguas, el lugar es muy malo”. ¡Vaya!, le dijo el amigo, ¿qué te consta de este lugar tan malo?, y la otra persona le dice pensándolo: la verdad, nada.
¿Entonces para que se lo dijo?
En verdad, ¿que nos cuesta hablar bien de alguien?
Muchas veces solemos hablar por hablar, no nos fijamos que decimos, como lo decimos: solo criticamos, empequeñecemos. Hasta el grado de molestar a los demás: familia, amigos y demás personas con tal de sentirnos mejor. Es nuestro propio ego hablando porque se siente amenazado por el éxito y logro de los demás.
¿Por qué no simplemente: SUMAMOS? Y me refiero a sumar en el sentido de aportar, de decir cosas buenas, útiles, positivas: que contribuyan. Eso es sumar.
Deshagámonos de esa costumbre tan arraigada cuando solemos criticar ó restar a las demás personas. Si analizamos bien nuestro día a día podremos ver como criticamos constantemente, siendo parte de nuestra plática cotidiana: desde temas triviales hasta temas más relevantes y…no aportamos mensajes constructivos.
Debemos de de usar una especie de balanza emocional. Por un lado ponemos lo positivo que podemos encontrar en nuestro camino. Y sopesar emocionalmente a cada persona, para tratar de hacer algo que es muy bueno:ser justos. Porque si no nosotros caemos en la misma situación que hace la gente que: resta. esto es: juzgar, hacer prejuicios y criticar, al hacer esto, también estamos restando a los demás. Si manejamos un nivel más alto
de comprensión humana, podemos sumar comenzando con nosotros mismos y escuchando de los demás únicamente lo positivo. Para que en nuestra esencia siempre podamos: crecer, aprender y…SUMAR.
Cuando nos dirijamos hacia nosotros y hacia los demás: hagamos comentarios generosos, que dejen algo positivo.
Como dije al principio, es un tema de matemáticas: SUMEMOS y aportemos.
Si vamos a decir algo…digamos algo bueno.
Gracias por este hermoso articulo y para seguir sumando te dejo una frase que me la enseñó mi papá y que va muy de acuerdo con lo que plasmaste, “no aclares que oscurece”, y no creas que este dilema es nuevo, nuestros Sabios Hillel y Shamai tenían esta duda al preguntarse si debían mentirle a una novia fea, que estaba bonita en su día!
te mando un beso grande
Gali Schejtman