No se requiere ser un experto para saber que hacer el amor y tener sexo son dos cosas totalmente distintas. Sin embargo, viviendo en tiempos tan convulsionados como los actuales, donde la inmediatez y los estereotipos terminan por confundir a hombres y mujeres por igual, es muy frecuente que caigamos en ambigüedades y contradicciones al momento de diferenciar un concepto del otro.

Ciertamente ambos actos se realizan primigeniamente en una cama y bajo condiciones sumamente similares, cuando menos refiriéndonos en un aspecto meramente material o tangible. Pero si profundizamos en las características de estas dos acciones que también tienen como coincidencia que requieren de cierto grado de intimidad, poco a poco nos irán brincando sendas diferencias que dejarán muy en claro la trascendencia e importancia de uno sobre otro proceder.

El sexo y hacer el amor en ocasiones se presentan juntos (cuando dos personas experimentan al principio una serie de factores comunes en los que están involucrados la química, el interés, la atracción, etcétera), pero no siempre es así. Es más, puede haber amores inconmensurables en los que la sexualidad está totalmente ausente o es poco frecuente; y es que hay leyes o códigos no escritos entre las parejas que de pronto podemos llegar a encontrarnos a un hombre y una mujer que se aman profundamente y cuya vida sexual está cancelada momentánea o permanentemente.


El amor y el sexo son motivaciones que a veces sí y a veces no forman parte del mapa emocional de los hombres y las mujeres. Cuando una dama o un caballero involucran sus emociones, sus sentimientos y sus intereses en una relación, existe una probabilidad muy alta de que se enamoren y ello los conducirá (al momento de que colisionen su intimidad) a una relación sexual cuyo eje rector será una profunda comunicación, verbal, corporal y emocional que detonará en una fusión total de los cuerpos, las mentes y las almas. A eso conocemos como “hacer el amor”.

Y en contramano también existen hombres y mujeres (sobre todo jóvenes y poco avezados en temas emocionales y sentimentales) cuyo deseo sólo compete a su búsqueda de placer físico o corporal. Se dejan llevar únicamente por el deseo sexual y al final del día eso los conduce a relacionarse con personas que comparten el mismo interés que ellos. Ir detrás del placer sólo por el placer mismo no es malo; y obedecer a un impulso fisiológico tampoco lo es, pero es muy importante que como individuos racionales, capaces de desarrollar los sentimientos más sublimes, manejemos una escala de valores similar a la de la persona con la que nos estamos relacionando para así no correr en una sintonía distinta que podría herir tanto sentimientos como susceptibilidades.

Si no amamos, definitivamente jamás podremos hacer el amor. Tener relaciones sexuales con alguien a quien no nos une ningún tipo de vínculo emocional simplemente nos conduce a follar, a coger, a fornicar, a tirar… cierto, no tiene nada de malo tener sexo sin sentir amor por la otra persona; tampoco es malo que en ocasiones, cuando estemos en compañía de la persona a la que amamos, sintamos a veces deseos de tener sexo y otras de hacer el amor. Lo importante, al final del día, es saber qué tan dispuestos estamos a jugarnos nuestras emociones con el fin de enriquecernos en todos sentidos y no nada más actuar acorde a nuestros instintos o deseos.
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Mila y Ashton: de sólo tener sexo a hacer el amor

Se conocieron en 1998 al compartir el set mientras rodaban la teleserie de comedia That 70’s show; compartieron hasta 2006, año en el que finalizó, grabando ocho temporadas. Y durante esos ocho años la ucraniana Mila Kunis y el estadounidense Ashton Kutcher sostuvieron un romance intermitente que ambos reconocen tenía como ingrediente principal el sexo… ocho años después, están sumamente enamorados y en estos días están por convertirse en papás. ¡El amor hace la diferencia!

¿Qué escuchar?

All I wanna do is making love to you
HEART, 1990
Para su décimo álbum de estudio, titulado Brigade, esta banda de hard-rock oriunda de Seattle, Washington y comandada por las hermanas Ann y Nancy Wilson utiliza un romántico recurso narrativo en esta canción para contar una historia muy cursi.

¿Qué leer?

El camino del encuentro
2001
Para el psicodramaturgo, terapeuta y escritor argentino, en éste su octavo libro, las diferencias entre hacer el amor y tener sexo quedan muy bien delimitadas. A veces sexo y amor vienen juntos, pero el amor no siempre conlleva a la sexualidad.

¿Qué ver?

Amor y sexo
2000
Escrita y dirigida por Valerie Breiman, esta película estelarizada por Jon Favreau y Famke Janssen nos lleva a la cotidianidad de una joven periodista que recibe el encargo de escribir un reportaje sobre las diferencias entre el amor y el sexo.

Para reír

Llega un adolescente regiomontano y le pregunta a su papá:
— Oiga, apá: ¿cuál es la diferencia entre hacer el amor y tener sexo?
— Sin titubear, el norteño le responde a su hijo:
— ¡Uy, m’ijo!… pues como 5 mil pesos.