Voces de democracia en el Islam

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Profesar la fe musulmana no necesariamente implica ser originario de un país árabe. Los musulmanes tienen su origen en diferentes grupos étnicos y/o nacionales; de aquí que no todos los árabes sean musulmanes. También cabe diferenciar entre practicantes musulmanes en general, y los fundamentalistas radicales que han difundido el odio hacia los infieles (los no musulmanes) y han empuñado las armas y alentado la violencia para someter o eliminar a estos últimos. Así, la Jihad es la Guerra Santa de los extremistas islámicos contra los infieles.

En este contexto cabe destacar, que la teología islámica “eleva al ser humano a la condición de deidad y tiene derechos inalienables; todo atentado a la integridad física y moral del individuo está terminantemente prohibido, derramar la sangre de un ser humano es un pecado”. Sin embargo, el radicalismo islámico ha omitido este principio y se ha convertido en una fuerza que domina y envilece a los propios musulmanes; la división entre los musulmanes no es un fenómeno reciente, se generó hace más de 1300 años cuando sunnitas y chiítas se enfrentaron por la sucesión de Mahoma. La confrontación entre ambos grupo vuelve a revivir el odio y la confianza del pasado que provocaron guerras y masacres de gran crueldad. Los chiítas son una minoría en el mundo musulmán, 15.0% del total concentrados en Irán, Irak y Líbano, y son objeto de represión “incrementando la capacidad de sus miembros hacia una militancia subversiva”.

En el entorno del fanatismo islámico cada vez más se escuchan voces procedentes de esta fe que se revelan contra la ley islámica (Shaharia) que incluye “azotes, lapidación, decapitación y amputación de miembros, e incluso, pena con la muerte por el abandono del Islam”.


En este ámbito, destacan las acciones de Nonie Darwish (ND), una mujer nacida en la década de los 50’s en el Cairo y que en 1978 se convirtió al cristianismo y emigró a Estados Unidos. ND vivió en su niñez y adolescencia en Gaza cuando pertenecía a Egipto, en donde su padre, un Teniente Coronel de la Inteligencia del Ejército, fundó una unidad de fedayines que entre 1951y 1956 asesinó a 400 israelíes y que finalmente fue “liquidado” por un comando de Israel.

Los testimonio de ND expresados en libros, artículos y entrevistas, principalmente, muestran el lado obscuro del Islam; relata que en su natal Gaza los maestros la llenaron de “odio y venganza contra los judíos y el terrorismo era aceptable y hasta honorable”. Las diatribas que los radicales pregonaban en megáfonos por las calles de Gaza no sólo eran contra los judíos, también se dirigían a los cristianos: “ojalá D-os destruya a los infieles, decían”. El desprecio de los musulmanes por quien no lo son, no se circunscribe a insultarlos, llegan al extremo de describirlos como inmundicia, por ello es frecuente que consideren que la presencia de los no musulmanes en tierras árabes represente una profanación. ND señala que el fundamentalismo radical no lo adopta la gente por inspiración divina, sino que es constantemente fomentado y con el tiempo los discurso contra los infieles se han vuelto parte cotidiana de la población. Menciona que los musulmanes temen el progreso “de los otros”, lo que denominan Husad o envidia, y no quieren ser “rescatados o ayudados” por los infieles, este es un orgullo cultural. ND indica que el particular odio de los musulmanes hacia Israel, a quien culpan de todos sus males, representa un mecanismo para evadir la confusión existente en el mundo musulmán.

ND siente un afecto especial por el Estado de Israel, al que considera como el único país del Medio Oriente donde se practica la libertad religiosa; en febrero del 2004 fundó la organización Árabes por Israel para fomentar la amistad entre israelíes y árabes. ND ha manifestado que “el terrorismo árabe está destruyendo la moral y el atractivo de la cultura árabe”.

En el epicentro de la grave crisis que ha experimentado la economía global, los elementos radicales del Islam se han multiplicado y expandido en el mundo, haciendo más riesgosa la convivencia humana, sobre todo si se tiene en cuenta que naciones con gobiernos teocráticos como Irán, están en vías de desarrollar armas nucleares. Aunque difícil, el diálogo con las fuerzas radicales es el camino para evitar una guerra de consecuencias imprevisibles.

Acerca de León Opalín

De nacionalidad mexicana, estudió Economía en el ITAM, logrando además una maestría en la Universidad Hebrea de Jerusalem y diplomados en el Instituto Español de Turismo así como en el Británico. También ha realizado estudios sobre comercio internacional en Holanda.Pertenece y es reconocido por varios institutos y universidades importantes de México y el extranjero y su incursión en las letras inició en temas económicos y finanzas en el periódico Financiero y la revista ANIERM. Por muchos años ha sido colaborador de "Foro" y asesor de varias compañías. Sobre las materias que domina, sigue dando conferencias en planteles y universidades.

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