Las caprichosas y mortíferas oscilaciones que malignamente nos coronan en estos días obligan a recordar tanto tiempos que se fueron como el incierto devenir. Y en este empeño brotan de inmediato los episodios y los resultados de la peste negra que multiplicó las muertes en Europa entre 1347-1348. Episodios que deben refrescar la memoria de no pocos, incluso de aquellos que pretenden olvidar tiempos idos.
A semejanza del covid aquella epidemia se originó en Asia oriental y central- probablemente en Mongolia- y de allí se trasladó a todos los puertos del Mediterráneo y al centro de Europa.
Los resultados fueron ambivalentes. Por un lado, un tercio de la población conoció tempranamente la muerte, cesaron las fecundas corrientes comerciales, y los pogromos contra los judíos se multiplicaron, especialmente en Alemania. Por el otro, despertó la inspiración de no pocos artistas y literatos que dejaron testimonios de este azote, generalizado por las ratas que sacaron buen partido del odio a los gatos que caracterizaron a aquellos tiempos. Así, los huidizos cuentos de G. Boccaccio refugiado con las doncellas en Florencia brincan de inmediato a la memoria.
De aquí la pregunta que motiva estas líneas: vencido el covid-19- qué vendrá ?
Los signos y las evidencias de una crisis económica y financiera ya son claros. Muy pocos países están a salvo, y padecen más aquellos que pretendieron ignorar los mordiscos del virus. USA, Inglaterra, Brasil presentan pruebas de una altanera indiferencia, al menos en los comienzos de su ofensiva. Y debe recordarse que muy poco sabemos en verdad sobre lo que ocurre en países africanos y en otros que apenas revelan signos y cantidades al respecto, por indiferencia o con torcida intención política.
Pero sumándose a los ya conocidos desarreglos económicos y en los mercados laborales vendrán otros. Uno de ellos será la extendida suspicacia en los aeropuertos y en los aviones; el fácil traslado y el holgado diálogo conocerán pausas y silencios. También se extenderán las protestas contra las élites políticas y culturales abrumadas por esta pregunta: ¿por qué no pocos en los hospitales conocieron la pobreza de recursos en tanto que los que mandan excepcionalmente padecieron el virus ?
Y también conoceremos una maliciosa pregunta – a la Trump- ¿por qué China ocultó el despertar del bacilo ? ¿ Es parte de una guerra contra el odioso capitalismo, o peor aún: contra la raza nórdica ?
Guiones y escenarios que nacen de una costosa pasividad amén de la ausente perspectiva histórica, circunstancias que si no son debidamente controladas y comprendidas, abrirán paso a litigios internos e internacionales que se antojaban ya controlados, ya dormidos.
En suma: Los resultados de la negra peste no deben repetirse.
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