El 27 de enero fue el día internacional del Holocausto, en Nueva York se conmemoró en la Plaza Washington en una ceremonia de estudiantes musulmanes y judíos conducida por el imán de la Universidad de Nueva York, Khalid Latif, las velas las prendió el rabino Yehuda Barna. Al mismo tiempo, el Teatro Vivo represento testimonios de los “protectores”.
La ceremonia fue organizada por “Yo soy tu protector” como parte de una campaña internacional para contar las historias de protectores extraordinarios quienes superaron los limites preconcebidos para ayudar a Otros; lo hacen mediante representaciones, media social y películas.
Una de las fundadoras del grupo, Dani Laurence, comento que “el odio se hace legitimo cuando un grupo es identificado como monolítico y es representado como una amenaza…estamos exponiendo historias que muestran que ningún grupo, ninguna comunidad es monolítica. Aun en lugares y tiempos de conflicto, guerra y genocidio. Hay personas que se elevan por encima del conflicto en favor de los Otros…no permiten que una narración, aunque sea aceptada por la mayoría, los haga odiar al Otro porque es el Otro.”
Uno de los protectores, Abdul Hussein Sardari, hijo de la familia imperial Qajar de Irán se recibió como abogado en Ginebra, se hizo diplomático y fue nombrado cónsul en Paris. En 1940, después de la innovación alemana de Francia, Sardari se encontró en una situación problemática por las medidas antisemitas de los nazis. Él era, al mismo tiempo, el representante oficial de su país, un socio comercial importante para Alemania, y responsable por la comunidad de judíos iraníes expatriados.
Los judíos iraníes estaban incluidos en las leyes de pureza, tenían que usar la banda amarilla y llevar documentos sellados. Sardari vio como los nazis reunían miles de judíos extranjeros y los mandaban a Auschwitz a través del campo de tránsito en Darcy.
Sardari se movilizo rápidamente y argumento que los judíos iraníes eran parte de la raza aria, “En virtud de su sangre, su idioma y sus costumbres”, escribió, “los judíos persas son asimilados a la raza indígena” y son del mismo grupo biológico que sus vecinos, los persas y los uzbekos.
Eichmann se molestó con los argumentos del abogado: “los trucos usuales de lo judíos en sus intentos de camuflaje.” Escribió en una carta. Mientras los expertos nazis en racismo investigaban si los judíos iraníes eran arios o no, Sardari tuvo más tiempo para distribuir pasaportes iraníes nuevos a la comunidad judía que permitían viajar con más libertad por Europa y salvo más de 2000 vidas, todavía se está investigando si rescato 1500 judíos no iraníes.
En 1978, cuando Yad Vashem le pregunto por sus actividades durante la guerra, respondió humildemente: “Como han de saber, tuve el placer de ser el cónsul iraní en Paris durante la ocupación nazi de Francia y como tal era mi deber salvar a todos los iraníes, incluyendo a los judíos iraníes.”
Sardari murió en Londres en 1981. En 2004 el centro Wiesental lo reconoció como Justo entre las Naciones, Mokhtari escribió un libro en 2012, “In the Lions Shadow:
The Iranian Schindler and his Homeland in the Second World War.” En el que cuenta sus esfuerzos. En Irán se hizo una telenovela con su historia.
Sardari fue homenajeado en la ceremonia de Nueva York.
Entre muchos otros protectores están el rey de Albania, Zog I, quien abrió las fronteras de su país a todos los refugiados judíos. Al final de la guerra, Albania fue el único país europeo donde vivían más judíos que antes de la guerra.
Khaled Abdul Wahab de Tunez zarpo de Mahdia rescatando 24 judíos y los protegió durante dos años.
60 obreros judíos le pidieron refugio a un ex-mayor de Tunisia, Si Ali Sakkat y los llevo a su granja.
Si Kaddowr Benghabrit, fundador del Instituto musulmán de la Gran Mezquita de Paris, autorizo documentos para judíos calificándolos de musulmanes y los salvo de ser deportados.
Mohamud Helmy, doctor egipcio que vivía en Berlín, oculto personalmente a cuatro judíos durante la guerra. Su esfuerzo fue reconocido en 2013 por Yad Vashem.
“Cuando la gente ve que alguien está dispuesto a proteger al Otro, su supuesto enemigo, cambia su perspectiva totalmente.” Comento Laurence, dedicada como voluntaria a organizar “Yo soy tu Protector” y sus eventos en el mundo.
Aziz Abu Sarah, educador palestino, dedica muchos esfuerzos en favor de la paz, nació en Jerusalén, trabaja en el desarrollo de programas y atracción de colaboradores en la comunidad musulmana para “Yo soy tu protector”.
Cuando Abu Sarah tenía 9 años, su hermano fue arrestado y se dice que fue golpeado por sospechas de lanzar piedras, como consecuencia, al poco tiempo murió. “Crecí con venganza en el corazón: Quería hacer que los asesinos de mi hermano pagaran el precio, así que me volví muy activo en Fatah, fui líder de la juventud en Jerusalén oriental, escribí mucho y movilice a los jóvenes en favor de Fatah.
Cuando fui a estudiar, me di cuenta de que tenía que aprender hebreo, así que fui al Ulpan, fue la primera vez que me relacionaba con israelíes y judíos que no eran policías o de los asentamientos. Aprendido el lenguaje empecé a conocer gentes y crear amistades lo que tuvo un enorme impacto en mi concepción de la vida…pase un largo viaje aprendiendo historia y cuentos del Otro porque creces aprendiendo únicamente tu propia historia y ese es el reto – un reto directo a tu historia-, tienes que decidir cómo vas a vivir con lo que aprendes.”
“El éxito de la protección debe ser subrayado por encima del éxito de la violencia.” dice
Y agrega ” Hoy más que nunca.”
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