Allen Stanford, el multimillonario texano acusado de un fraude por ocho mil millones de dólares por los reguladores de títulos de Estados Unidos, rechazó cooperar en la investigación del gobierno, según se informó tras una presentación ayer en la Corte de Distrito de Dallas.
La Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) acusó a Stanford, dos de sus principales asistentes y tres de sus empresas de operar un fraude de larga data que involucra certificados de depósitos de alto rendimiento. También es acusado de apropiarse de manera ilegal de mil 600 millones de dólares de fondos de inversionistas.
“Afirmo mi privilegio en contra de incriminarme a mí mismo bajo la quinta enmienda de la Constitución de Estados Unidos, y rechazó testificar o proporcionar información, y seguiré declinando testificar, proporcionar información o producir ningún documento relacionado con los establecidos en la acusación de la Comisión”, dijo en un documento.
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