El lector tiene en sus manos un libro de poesía contemporánea, alejado de los temas tradicionales de la literatura sefardí. Ansina nos adentra en un mundo vivo y recobrado: en el origen del universo, en las leyes que lo rigen (desde el comentario rabínico hasta la matemática); pero también en los seres que han pasado por él, lo amado y lo que no puede nombrarse. Escrito, casi por entero, en judeoespañol, lengua “sin patria ni academia” que los judíos sefardíes se llevaron consigo a distintas geografías tras la expulsión de España a finales del siglo XV. Lejos de buscar la pureza, el libro mezcla con libertad palabras en español contemporáneo “tal como yo recibí este regalo de boca de mis abuelos, giros de otros mundos se trenzaban con el castellano de todos los días”.
La escritora y periodista mexicana, Myriam Moscona, ganadora en el 2012 del Premio Xavier Villaurrutia por la novela “Tela de sevoya“, presentó hace algunas semanas su libro “Ansina”, mismo que está escrito en judeoespañol.
Para la autora, con ya 33 años de haber publicado su primer libro, en esta su nueva entrega espera que el lector logre internarse en la infancia de nuestra lengua.
“Lo que yo espero del lector es que pueda internarse en esa otra música que es la infancia de nuestra lengua, y eso es lo que es absolutamente extraordinario del judeoespañol“, Myriam Moscona.
Cabe destacar que la diferencia entre la novela con que ganó el Villaurrutia y “Ansina”, además del género, destaca el hecho de en qué lengua están escritos.
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El libro “Tela de sevoya” está escrito en nuestro castellano y tiene algunos fragmentos en judeoespañol, aquí en “Ansina” es al revés, es un libro de poesía escrito totalmente en judeoespañol y con algunos fragmentitos salpimentados en castellano.
“Es muy sorprendente darse cuenta de cómo hay muchas palabras que viene de este español que se trajeron los primeros pobladores a América, y que en algunos lugares se quedaron congelados en el tiempo y que en nuestros oídos son incorrecciones como nadien, mesmo, ansina, trujeron, y que pertenecen a eso, a la infancia de nuestra lengua”, Myriam Moscona.
A la vez de reconocer cómo el proceso creativo es distinto al trabajar con un lenguaje más limitado, la también periodista lamentó la pérdida de las lenguas en el mundo, lo cual catalogó como una tragedia.
Durante la presentación de este poemario, Moscona señaló:
“El judeoespañol, que es una lengua que está muriendo, que ya no va a sobrevivir, ya no hay niños que la hablen, y que está en los libros rojos de la Unesco como una lengua en vías de extinción, igual que muchas lenguas indígenas de nuestro país, que es de las cosas más trágicas y tristes que hay, la pérdida de una lengua, porque es la pérdida de un mundo entero, tiene una música interna y eso es lo que yo busco con ‘Ansina’.
“Y desde el punto de vista creativo es interesante, como me sale otro temperamento al usar una lengua que domino menos que el castellano, que tengo un vocabulario más limitado, y eso me obliga a meterme en un carril distinto, y se vuelve un desafío interesante, doloroso y divertido”, compartió Myriam Moscona.
Sobre su paso por la literatura, declara que es de un movimiento constante, pues “se aburre de hacer siempre lo mismo”.
“Yo me he desplazado en la poesía y este movimiento, este desplazarse, a diferencia de lo que ciertos críticos privilegian en un autor, que es tener un tema y desarrollarlo a lo largo de muchos libros, yo pienso que una de las características de lo que he hecho es que me he movido de un lugar a otro, es que yo me aburro de hacer siempre lo mismo.
“Por eso me he movido de fronteras, de géneros, nunca pensé que iba a escribir un libro de narrativa, por ejemplo, tampoco me planteé nunca hacer un trabajo con el judeoespañol, no soy una nadadora pero me gusta mucho nadar”, compartió.
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