Las poetas en idish, Celia Dopkin, Rojele Veprinsky y Kadya Molodowsky, irrumpieron en el amplio campo de la cultura en Idish, cuyo centro estaba en Ucrania, a fines de la segunda década del Siglo XX. Al mismo tiempo, Ana Margollin, Miriam Ulinover lo hacían en otros centros menores en Europa Oriental, demostrando su crecimiento y variedad dentro de la literatura, causando debates acalorados sobre su quehacer y su valor.
Desde su origen fueron diferentes, habían empezado a escribir en otro idioma y solo después de haber publicado sus trabajos se dedicaron al idish, especialmente en poesía. La literatura en idish era un mundo cultural único, pero en Europa Oriental empezaba a ser influido por el mundo vernácula que los rodeaba y contribuyo a que la poesía de las mujeres fuera aceptada, los críticos lo juzgaron como indicación adicional del renacimiento judío, un retorno de los escritores que empezaban a alejarse del idish.
La respuesta inicial fue positiva, aunque lo que asumían como el deber ser de la literatura femenina estaba muy lejos de lo que pensaban y querían las mujeres poetas, también fueron un factor importante en la expansión de centro de literatura en Israel, con Ricudah Petash y Malka Loker. Pero el centro mayor fue Nueva York a donde llegaron las poetas a su tiempo en la historia.
Entre las dos guerras, la poesía de las mujeres era más atrevida que su prosa pues buscaba nuevas formas y adaptaba las características modernistas que ofrecían más y mejores oportunidades para crear dentro de los movimientos de la literatura contemporánea. Preferían los versos libres, contrarios a la tradición, tampoco aceptaban la concepción masculina de la mujer sumisa y limitada que debía expresarse en su poesía. Sus aspiraciones eran distintas, estaban en contra de la condición de la mujer en el judaísmo tradicional y se rebelaban contra la idea de ser un grupo de escritoras separado y con una tarea diferente a la de los hombres, las encerraba en un ghetto literario. Nunca se limitaron dentro de ese ghetto y siguieron escribiendo.
Unos ejemplos:
Kadie Maladovsky nació en Lituania, vivió en Varsovia, escribió en polaco y emigró a Estados Unidos.
Canción
Puedes poner esto en una canción,
O escribirlo con una pluma
Un árbol florece cada primavera
Como si el invierno nunca hubiera sido.
Y el hacha que tiro el árbol
Canta, porque su orilla es aguda
Como si nunca hubiera habido un nido
Y el árbol nunca fue verde.
Malke Lee nació en Galicia, se educó en Viena, primero escribió en alemán, emigró a Estados Unidos, empezó a escribir en yidish en 1929.
La llave
He visto una llave oxidada
La llave de una puerta cerrada
Era la llave de una Cámara de Gas.
Y su oxido
Había sido sangre antes.
Una mujer escondió la llave
Donde las paredes muertas se inclinan.
La mano que la sostenía.
Se había derretido a jabón
Pero la llave permaneció
Y busca una mano,
Para abrir la puerta,
Y hacer entender al mundo.
Rikuda Potash nació en Chestojoba, Polonia, emigró a Estados Unidos.
Las Maabarot
Buenas tardes, Señor Dios,
Tengo una oración para ti
Señor Dios,
Para nuestras Maabarot
No es suficiente
Que nuestro pueblo venga
Del horror y de la sangre,
No es suficiente que vengan a nosotros
A vivir en maabarot
No es suficiente. Señor Dios.
Su nave es más pequeña que la nave de Noe
Y ninguna paloma llega a su puerta.
Lo que llega es la lluvia golpeando sus techos,
Golpeando en un constante verter.
Lo que llega es el viento, frio como el hielo,
Golpeando sus huesos.
En todas las maabarot, Señor, Dios.
Oyes el llanto de los niños y los quejidos de los ancianos.
Dales techos y paredes fuertes, Señor, Dios
Y ventanas que dejen entrar la luz.
Defiéndelos del viento y la lluvia.
Dales comodidad en la noche.
Buenas tardes, Senor, Dios.
Tengo una oración para ti.
Senor, Dios
Para nuestras Maabarot.
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