Barry Rubin: Entrevista a Zeyno Baran sobre los musulmanes moderados

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Una entrevista con Zeyno Baran, investigador asociado del Instituto Hudson y editor de Los otros musulmanes: Moderados y Seculares. (Palgrave-Macmillan).

Barry Rubin: Zeyno, usted comienza su libro con esta frase: “La lucha ideológica más importante en el mundo de hoy está dentro del Islam”. ¿Puede usted explicar la naturaleza de esta lucha y cómo está yendo?

Zeyno Baran: Esta lucha es, esencialmente, una guerra civil musulmana acerca de cual, la definición del Islam que será aceptada como “la corriente dominante”: será la versión de los islamistas (compartida por todos los políticos radicales-religiosos, tanto los no violentos como los violentos), o la de los musulmanes tradicionales (culturales, laicos y piadosos). Una de ellas resultará aceptada por una mayoría de musulmanes y, por extensión, por los no musulmanes. Desde la década de 1970 los islamistas han hecho enormes progresos en esta lucha, gracias al dinero de Arabia Saudita y de la región del Golfo; de ese modo pudieron crear institutos y redes por todo el mundo para extender el islamismo.


Hoy, muchos musulmanes ni siquiera se dan cuenta de que lo que ellos creen es el auténtico Islam es, de hecho, principalmente una ideología política de reciente origen. Los no islamistas siguen careciendo de los recursos financieros, ya sea estatales o privados, necesarios para organizarse eficazmente contra los islamistas; esto es cierto tanto en Occidente (el enfoque de este libro) como en los países de mayoría musulmana. Así es que, en el corto plazo, yo sostengo que los islamistas seguirán ganando en esta lucha. Dicho esto, creo que en el largo plazo, tanto los musulmanes no-islamistas como los no musulmanes, finalmente despertarán y se darán cuenta de que el islamismo es un serio desafío ideológico para los derechos humanos universales.

Barry Rubin: Precisamente ¿qué es un “musulmán moderado”? ¿No ha sido ese término sujeto de un montón de usos indebidos y de incomprensión?

Zeyno Baran: Usted tiene toda la razón – el mal uso de la etiqueta “musulmán moderado”, por parte de los grupos islamistas que operan en occidente, en realidad ha llevado a importantes malentendidos. Esta es, precisamente, la razón por la que utilizo ese término en este libro – para aclarar este malentendido y recuperar el término de los islamistas, muchos de los cuales se presentan como “moderados” a los responsables políticos occidentales. Los responsables políticos estadounidenses y europeos han aceptado como “moderados” a las personas que no cometen actos de violencia; para mí, sin embargo, ésta es una definición muy estrecha.

Un islamista que participa en el proceso electoral, y que lo hace con el objetivo de limitar los derechos de la mujer o para introducir el régimen de la sharia, no es un moderado. Los que contribuyeron a este libro, son todos verdaderos moderados – aquellos que apoyan, plenamente, tanto los derechos humanos universales como las enseñanzas de la fe islámica. Que sean “moderados” no significa que no son piadosos, que es otro común malentendido del término.

Barry Rubin: ¿Por qué es erróneo basar la definición de un musulmán “moderado” en el hecho que, simplemente, no utiliza la violencia?

Zeyno Baran: La verdadera división, dentro del Islam, no está entre violencia y no violencia, sino entre moderación y extremismo. Pocos musulmanes recurren a la violencia, pero muchos más comparten el pensamiento del extremismo violento. A menos que la ideología del islamismo sea entendida como la causa que está en la raíz de la violencia, no creo que veamos el fin del terrorismo y el radicalismo entre las comunidades musulmanas. La moderación tiene que comenzar con el pensamiento; si les damos pase libre, como “moderados”, a aquellos con ideologías extremistas, entonces los verdaderos moderados seguirán debilitándose.

Barry Rubin: ¿Cómo han ayudado a los radicales, y dañado a los moderados, los gobiernos de EE.UU., Canadá y Europa?

Zeyno Baran: Los gobiernos occidentales, en su deseo de “conectarse con los musulmanes,” a menudo han considerado a las organizaciones islamistas bien establecidas como sus “socios”. Haciéndolo, estos gobiernos no se dieron cuenta de que estaban dándoles legitimidad a estos islamistas en la lucha interna contra sus opositores moderados. Con los islamistas siendo el principal “ir hacia los musulmanes” para los gobiernos occidentales, ha sido mucho más difícil, para los verdaderos moderados, hacer que sus voces fueran oídas.

Barry Rubin: ¿Por qué los medios de comunicación y las instituciones occidentales son tan fácilmente engañados por los radicales, y por qué parecen favorecerlos?

Zeyno Baran: Pienso que, cuando los medios de comunicación y las instituciones occidentales buscan “voces musulmanas”, son automáticamente atraídos hacia aquellos que más se parecen a sus ideas preconcebidas de lo que les suena como un “auténtico” musulmán – una concepción que, por supuesto, ha sido moldeada por la propaganda islamista. En los últimos años, una “auténtica” voz ha sido la que se opone a las políticas de EE.UU., especialmente en Irak y Afganistán, y que es fuertemente crítica de Israel. Muchos, en los medios de comunicación, también comparten estos puntos de vista, así que, en cierto modo, encaja naturalmente.

Los verdaderos moderados, a menudo, son acusados de ser neo-conservadores, o “no realmente musulmanes”, cuando apoyan las políticas de EE.UU. o expresan una visión más equilibrada del Estado de Israel; estas ideas les parecen, a los periodistas y políticos occidentales, que son “no-musulmanas”, ¡como si hubiera una sola manera musulmana de pensar! Ciertamente, los islamistas sostienen que hay ciertas “opiniones musulmanas” en algunas cuestiones – como el proceso de paz en Medio Oriente – pero eso es porque están tratando de establecer su propio punto de vista como el dominante. Es tan erróneo como decir que hay una “opinión cristiana” en un tema, dada la amplia gama de puntos de vista de los cristianos individuales.

Barry Rubin: ¿Cómo funciona la asimilación y la aculturación con los inmigrantes musulmanes en Occidente y cómo debería funcionar?

Zeyno Baran: Cada país ha tenido diferentes políticas y diferentes experiencias pero en general, los países europeos, durante muchas décadas, han prestado poca atención a la asimilación; en particular, el Reino Unido y Holanda siguieron una política multiculturalista abierta, que evitó cualquier mención de la asimilación y/o de la aculturación. Esto dio lugar a enclaves de inmigrantes musulmanes que se formaron en algunas partes de las ciudades europeas; cuando una zona se convierte en fuertemente islámica, entonces los islamistas llegan con sus instituciones y mezquitas, y se establecen como los interlocutores entre la comunidad inmigrante y las autoridades occidentales.

Incluso después de que muchos de estos gobiernos decidieron cambiar sus políticas y desarrollar programas para aumentar la aculturación, continuaron trabajando con los islamistas, cuya responsabilidad final no es con los inmigrantes musulmanes, sino con la umma musulmana mundial (comunidad) como ellos la entienden. Dado que estos “representantes” no tenían interés alguno en promover la integración y la asimilación de los musulmanes europeos, esto condujo a la frustración por parte de los gobiernos y de las sociedades occidentales, que comenzaron a preguntarse si los musulmanes, verdaderamente, podrían convertirse en “occidentales”. A su vez, esta frustración – dirigida hacia todos los musulmanes, no sólo a los extremistas – fomentó un sentimiento de ira y victimización por parte de los inmigrantes musulmanes, que sentían que nunca serían aceptados, mientras siguieran siendo musulmanes.

Una mejor manera de asegurar la cohesión social sería abordar las necesidades prácticas de los inmigrantes musulmanes – empleo, educación, igualdad de derechos – de conformidad con las normas sociales del país, con una sensibilidad hacia los diferentes orígenes religiosos/culturales. En la práctica, esto significaría permitir el establecimiento de lugares de oración dignos para los musulmanes, sin asumir que todos los musulmanes van a la mezquita todo el tiempo, o que la mezquita es el único lugar social para los musulmanes. Debe haber muchos otros lugares donde los musulmanes pueden ir a socializar con los demás y con los no musulmanes; éstos se desarrollarán de forma natural, si los europeos pueden alejarse de la caracterización de estas poblaciones como “musulmanas en primer lugar”.

Barry Rubin: ¿El concepto de multiculturalismo ha ayudado o dañado en esta lucha?

Zeyno Baran: A pesar de haber nacido de buenas intenciones, las políticas del multiculturalismo occidental han hecho más difícil para los musulmanes el convertirse en occidentales. El péndulo del respeto por la diversidad cultural/religiosa ha oscilado demasiado, y los musulmanes han sido atrapados en su identidad musulmana como “el otro”, en lugar de ser ayudados a convertirse en uno de “nosotros”.

Uno de los recientes y más claros ejemplos de esto, es el uso de la burka en Occidente. Durante años, los multiculturalistas han mirado para otro lado cuando veían a las mujeres cubiertas de pies a cabeza en un estilo contrario a la mayoría de las normas occidentales, así como a las del propio Islam. El Islam, simplemente, obliga a la modestia en el vestir que, para muchas mujeres, tradicionalmente significaba el pañuelo en la cabeza, pero nunca cubrirse completamente. Sin embargo, hasta hace poco, como otra consecuencia no deseada de la multiculturalidad, pocos occidentales estaban dispuestos a abordar esta cuestión, ya que no querían ser vistos como intolerantes o fanáticos. Los pocos que han hablado claramente, han sido silenciados con amenazas de ser calificados de “racistas”, por lo que las formas intolerables de conducta social han continuado hasta el punto en que se han convertido en aceptables.

Barry Rubin: ¿Cómo pueden las sociedades occidentales “convencer” a los musulmanes sin perder su propia identidad o rendirse a los islamistas?

Zeyno Baran: La cuestión es ¿cuáles musulmanes? Los islamistas nunca serán convencidos, ya que su objetivo a largo plazo es ver un mundo que se rija por la sharia. Si las sociedades occidentales continúan tratando de juzgar su éxito en “convencer a los musulmanes” cediendo a las exigencias islamistas, entonces seguirán perdiendo su identidad y sus libertades fundamentales. Pero si las sociedades occidentales se colocan del lado de los musulmanes no islamistas, y aprenden de ellos la mejor manera de contrarrestar los objetivos, a corto y largo plazo, de los islamistas, entonces yo diría que hay una gran posibilidad de que Occidente, no sólo defienda exitosamente sus propios valores y normas, sino que también ayude a los musulmanes a marcar el comienzo de un desesperadamente necesario Renacimiento Islámico.

Barry Rubin: ¿Cómo pueden los moderados justificar sus interpretaciones del Islam, cuando parecen diferir con los textos islámicos más importantes y básicos?

Zeyno Baran: Muchos de estos textos han sido escritos hace siglos y en un contexto particular. Muchos moderados los leen reconociendo que lo que pudo haber sido un gran avance social en el siglo octavo, no puede ser tomado literalmente en el siglo XXI. A través de los siglos, hubo muchas voces distintas debatiendo ampliamente la forma de interpretar el Corán o los hadiths; los moderados siguen la tradición de aquellos que han utilizado su racionalidad e interpretado la revelación, así como también la evolución histórica, dentro de su contexto correcto. También hay muchos moderados que no han leído muchos de los textos islámicos básicos, sin embargo no son menos legítimos, porque: 1) tampoco muchos de los radicales nunca han leído muchos de estos textos y 2) el Islam no es sólo acerca del texto escrito, sino también de la tradición viva. En realidad, durante siglos los musulmanes aprendieron los fundamentos de su religión por vía oral, transmitiendo las enseñanzas de una generación a otra.

La reciente tendencia radical que vemos entre los musulmanes, se debe a que los radicales seleccionan y escogen ciertos pasajes del Corán y de otros textos clave, interpretándolos de modo tal que demuestre su caso, y luego los presentan como las interpretaciones más legítimas. Una vez más, voy a trazar una analogía con el cristianismo – es como decir que sólo la interpretación de los textos fundamentales de una confesión cristiana es la correcta. Parafraseando a Bernard Lewis, la situación que enfrentamos dentro del Islam es como si un estado, controlado por el KKK, encontrara importantes fuentes de petróleo, y utilizara el dinero para difundir su propia versión del Islam [NT, creo que quiere decir cristianismo] como la forma más correcta y todo el mundo, poco a poco, comenzara a verlos como la voz más auténtica.

Barry Rubin: Los islamistas están muy bien financiados y muy bien organizados, ¿cómo pueden competir los moderados? ¿Cómo pueden ganar?

Zeyno Baran: Esta es la pregunta más difícil. Los moderados no han sido capaces de competir y no serán capaces de competir, a menos que exista ayuda de Occidente. Teóricamente, algunos de los países de mayoría musulmana que están amenazados por los islamistas podrían ayudar pero, en la práctica, a menudo tienen demasiado miedo de desafiarlos por temor a ser tildados de “apostatas”.

Occidente sabe, por su propia historia, el daño que los extremistas religiosos causan a las sociedades y a la religión misma; pueden ayudar a los moderados, dejando de darles a los islamistas un pase libre, mientras sus activistas están trabajando para socavar a los musulmanes moderados y a los valores occidentales (o universales). También pueden ayudar incrementando la visibilidad del trabajo de los moderados, como los de Los Otros Musulmanes que defienden el gobierno secular usando los propios textos y la historia del Islam, o los de aquellos que impulsan el Renacimiento Islámico sin el cual, creo, nunca ganaremos contra los radicales que se están convirtiendo en la corriente principal.
http://www.gloria-center.org/blog/2010/07/interview-zeyno-baran-moderate-muslims

Barry Rubin es director del Centro de Investigación Global en Asuntos Internacionales (GLORIA) y editor del diario Reseña de Medio Oriente de Asuntos Internacionales (MERIA). Sus últimos libros son Líbano: Liberación, Conflicto y Crisis (Palgrave Macmillan), Conflictos e Insurgencia en el Medio Oriente Contemporáneo (Routledge), El Lector Árabe-Israelí (séptima edición) (Viking Penguin-), la edición de bolsillo de La Verdad Acerca de Siria (Palgrave-Macmillan), Una Historia Cronológica del Terrorismo (Sharpe), y La Larga Guerra por la Libertad: La Lucha Árabe por la Democracia en Medio Oriente (Wiley).

Crédito a PajamasMedia.
Traducido para Porisrael.org por Jose Blumenfeld

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