¿Cómo ve la vida la persona que no se puede levantar aun cuando trabaja y lucha todos los días por salir adelante? Es posible que esta persona sienta que lo único que tiene son deudas y puros problemas. Sin juzgar a nadie, debe de ser muy dificultoso ver lo bueno que la vida da, sentir gratitud y tener una actitud alegre, cuando lo único que se divisa es angustia, frustración o enojo.
Como poder entender a las personas que se sienten que han fracasado y que nada les es fácil.
Si le preguntas a cualquier niño o joven que está creciendo:
¿Qué quieres ser cuando seas grande? invariablemente las respuestas son grandiosas- Hablan de sueños con títulos importantes, siendo grandes empresarios, obteniendo premios internacionales, fama, prestigio, etc. todos tienen una idea que proyecta esperanza y éxito. Nadie espera que su vida sea un fracaso, por supuesto que nadie planea ser un nadie, vivir en el olvido, en el desempleo, divorciado, abandonado y además ser pobre.
Existir con la carga, la mortificación, el reproche y la sensación que nada te sale bien o por lo menos, el sentir que todo te cuesta más trabajo y es más difícil, que a los demás no nada divertido. De hecho es una perdida y una manera de quitarle sabor a la vida.
Que horrible debe ser, tener sentimientos asfixiantes que sofocan los pensamientos e impiden ver, tanto las oportunidades que se presentan, así como las bendiciones que han llegado.
Las personas que están enojadas con la vida, porque sienten que no es justo lo que les sucede, insisten que ellos no se merecen vivir como viven. Estas gentes, se encuentran atoradas en su pasado y en sus esperanzas irreales que no se pueden cumplir. Intentan resolver cuestiones que no tienen respuesta lógica. Insisten en entender el ¨por qué¨ de su vida, se cuestionan las razones que justifiquen lo que no tienen, se comparan continuamente y se sienten siempre de menos, aunque no lo digan.
Han aprendido a sobrevivir con migajas de sueños, llenos de carencias y de sentimientos de impotencia que los encadena y los limita. Viven dentro de calabozo emocional, en una condena perpetua donde la infelicidad y el desamparo impiden que la luz los ilumine.
Sin embargo, para las personas que ven de fuera de esa vida frustrada su actitud es incomprensible. Como puede ser que estas personas no pueden cambiar o mejorar su posición. Después de todo, para el que trata puede, el que busca, encuentra y el que quiere, definitivamente hace lo que se necesite por cambiar.
El vivir mal no es una opción.
Es muy poco probable que las personas que estén sumergidas en el abismo de la frustración se dejen ayudar. Porque paradójicamente, sus temores los hacen negar sus problemas e impedir recibir ayuda para poder progresar, justo lo que único que necesitan.
La receta
Lecciones del fracaso
Ingredientes
- 1 taza de aceptación – reconocer los errores sin reprocharlos y aprender de ellos
- 1 cucharada de humildad – percibir la posibilidad del error y la debilidad personal
- 2 rebanadas de valor – fortaleza para pedir ayuda y poder sobrepasar la pena y el dolor
- 2 cubito de confianza – seguridad y esperanza para salir adelante
- 1 manojo de tenacidad – decisión, dedicación y disciplina diaria
- 1 pizca de amor – por la vida y a si mismo
Recomendación del chef
Si te fue mal, no te culpes, ni trates de darte justificaciones, solo aprende la lección y busca ayuda para poder salir de tu situación. Siempre hay personas que están dispuestas a ayudar, aun las que no te caen bien.
Que se puede aprender del fracaso
- Hay que tener cuidado con los pensamientos. Cuando se trata de sobreponerse al fracaso, las justificaciones y las expectativas irracionales niegan la realidad, confunden y paralizan, evitando las posibilidades de superación.
- No se debe nunca de comprometer los valores personales. La honestidad no es un valor que se negocia según las circunstancias. Hay que actuar correctamente siempre. Hacer lo contrario solo aumenta los problemas y hace todo peor.
- Es crucial admitir la perdida. No se puede continuar el camino si no se reconocen los errores. No hay que cargarlos, no dejar que te marquen, pero si hay que reconocerlos y aprender de ellos.
Aprender del fracaso te hace mas consiente de los errores que has hecho, te enseña lo no debes volver a repetir, descubre tu parte vulnerable y te fortalece tu carácter. Después de todo no resulto tan mala la lección.
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