La soledad está en la mente, aprendamos a darnos cuenta de que estar con nosotros mismos es lo mejor que nos puede suceder para así convertirnos en los mejores amigos de esa persona que inevitablemente nos acompaña.
Creencia limitante pensar, que necesitamos de alguien que nos complete para sentirnos acompañados.
Este sentimiento es fácil de transformar cuando sentimos paz y armonía en nuestro ser. El bienestar es sentarnos con un buen libro y escuchar música. Aprender a estar en este mundo actual que nos lleva de un estado a otro.
Veamos el estar sólo como algo que suma, meditar y vivir en el aquí y ahora; lo bien que se siente estar bien acompañado.
La soledad se acompaña siempre de lo perdido, de aquello que escapa hoy a la posibilidad de tenerlo con una frecuencia mayor, cerca, al alcance de la mano como imaginamos equivocadamente que lo teníamos en tiempos pasados.
Las penas se hacen presentes, toman carta de naturalización y cobran, generalmente en exceso, las facturas de los errores y de los desacuerdos.
Debería llenarnos de satisfacción las experiencias vividas y los momentos felices en vez de privilegiar lo perdido por encima de ello.
La vida se distingue por ser contraria a perpetuar o enaltecer las ausencias, desde las físicas hasta las emocionales.
Los pasajes intensos y emotivos de nuestra existencia deben ser una película emocional y de conciencia de lo que fuimos y somos, todo en una sola exhibición.
Soledad y tristeza apachurran, como decimos en México al apretar, el corazón y el espíritu. Son sentimientos limitantes que nos impiden ver el presente, las alternativas, un futuro tan imaginario como posible.
Contrastar las ventajas de las posibilidades presentes y la experiencia pasada es injusto. Hemos repetido varias veces que es el principio de la escasez el que le da el valor a las cosas y a los hechos; en este orden de ideas comparar lo alcanzable con lo imposible hace que el resultado diste de ser real.
La soledad también tiene sus ventajas positivas, sus acompañamientos y sus virtudes; se acopla a la perfección con un acicate que nos fuerza a viajar a nuestro interior, a tomar conciencia de muchos eventos que en su momento pasaron desapercibidos.
La soledad se presenta junto con nuevas oportunidades, opciones y caminos, esto nunca deja de existir y su perfil más positivo; la sabiduría, el acento que permite percibir un mayor número de cosas, que permite adelantarse a los tiempos y a las circunstancias; que intuye, si te tienes confianza y eres capaz de escuchar, los intentos y proyectos, las intenciones de quienes te rodean hoy y quienes a tu lado están.
En un estado superior de conciencia el estar solo se acompaña del infinito goce de reír y disfrutar algunos pasajes de la vida como ese viaje tan recordado o esa fiesta tan particular. Finalmente siempre estás acompañado de tu mejor amigo, tú mismo.
A la soledad hay que invitarla a tomar el té y a charlar; quitarle sus 2 disfraces: tristeza y miedo. En esta plática los invitados son 3, falta tu yo observante, ese que jamás te permite estar solo.
¿Qué te falta en estas fechas?
¿Sonríes o lloras ante los recuerdos?
Te deseo un fantástico viaje, recuerda observar tu palabra que es mágica #lapalabraesmágica
Twitter@TerryGuindi
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