Tanto hombres como mujeres, requieren de un mundo relativamente previsible ante el cual, puedan llegar a sentirse seguros en condiciones normales de subsistencia. Más el tener que enfrentar la incertidumbre generada por esta pandemia del Coronavirus, lo cual asusta y genera malestar.
Por lo cual se requiere de una adecuada adaptación a esta “nueva normalidad” producto de esta pandemia
En la realidad, el hecho de estar viviendo y adaptándose a esta nueva situación ha llevado a crisis tanto de la salud física como de la económica y por ello exige de la propia salud mental se reajuste a esta nueva realidad.
Es entender que la ansiedad, el estrés, el insomnio y aún la depresión, es una respuesta a la privación por el confinamiento producto de las dificultades del teletrabajo o de la limitación de desplazamiento o de problemas intrafamiliares y de pareja.
Desafortunadamente, muchas familias han sufrido y sufren por la pérdida de seres queridos por situaciones tales como el que no hayan podido acompañar al familiar en la fase final de la enfermedad, la imposibilidad de asistir a un funeral o el aislamiento físico del doliente con familiares y amigos.
Todo esto y en la medida que siga avanzando el desconfinamiento progresivo puede llegar a presentarse el temor a salir de casa por el miedo al contagio.
A su vez puede hacer su aparición el llamado Síndrome de la Cabaña, frecuente en aquellos que han sido secuestrados u hospitalizados por mucho tiempo, por el cual el salir de casa es peligroso.
El avance del” no estar en casa”, obliga a una apertura progresiva de los límites y ello con lleva a una nueva manera de adaptación a esta nueva realidad.
Otra manifestación es la de mostrar signos de hipocondría o de pensamientos negativos obsesivos o agravamiento de una psicopatología previa.
Ante ello se sugiere:
- Tomar decisiones tanto internas como externas que posibiliten una nueva forma de vida.
- Asegurarse de que las medidas de seguridad sean realistas, sin negar el entorno ni exagerando, dado que la hiperprotección puede llevar a la hipocondría.
- Exponerse paulatinamente a lo que angustie, ganándose el control de la situación.
- Practicar la propia flexibilidad: es huir de aquellos pensamientos que se rigen por blanco o negro. Es abrirse a nuevas opciones.
- Aprovechar recursos propios: ¿Cuáles son los puntos fuertes que poseo?, ¿Que me ha ayudado a afrontar problemas hasta ahora?
- Cultivar las actitudes prosociales tales como el agradecimiento, la empatía, la colaboración y otras. Es tratar de potenciar una conciencia social ante esta nueva normalidad
- Priorizar o preguntarse ¿qué es lo realmente importante?
Y lo más importante es ¿qué nuevo aprendizaje puedo aprender de esta nueva situación?
Estas y muchas otras son las recomendaciones, más en el caso que lo requieras ¡Llámanos!, estamos para apoyarte.
Artículos Relacionados: