“La familia… querida, amada, complicada, pero después de todo el circulo intimo que nutre y alimenta emocionalmente a sus integrantes.” Cuando se toca este tema generalmente es un tema delicado. No hay dos familias iguales. Cada una tiene un lenguaje particular, valores e intereses únicos, claro que para los que la integran, estos son obvios, pero para los otros, quizá sea modos extraños y hasta un poco ridículos, cada familia tiene su propia dinámica, y su propia locura.
Cuando se trata de compartir tiempo con la familia, en general, son momentos que bien se podrían convertir en momentos perdurables y tesoros preciados, pero también al mismo tiempo se podrían tornar en situaciones difíciles, donde se pueden despertar sentimientos encontrados y donde pueden resurgir conflictos no resueltos. Los cuales para algunos resulta una carga pesada por lo que este famoso encuentro, cenas o viajes familiares podrían convertirse en un verdadero desastre.
Es por eso que, las reuniones familiares siempre provocan sentimientos encontrados, emociones gratas, alegrías, reencuentros; por el otro, traen viejos recuerdos, malos entendidos, resentimientos, rivalidades, envidas, y frustraciones.
Aprender a disfrutar la familia es importante, esta fortalece, nutre, da contención y ofrece quizá, el único lugar seguro para sobrevivir por lo menos emocionalmente. Cuando este núcleo no es positivo, ni emocionalmente nutritivo, causa ciertos vacíos que son difíciles de llenar. La persona carece lazos esenciales y generalmente la sufre o se siente un poco aislada.
Toda familia cuenta con una gran diversidad de caracteres, personas exitosas, personas divertidas, algunos problemáticos, los presumidos, las dramáticas, los misteriosos, los reservados, los enojones, las simpáticas… pero que pasa cuando dentro cuando dentro del surtido familiar se encuentra esa persona, la que todos conocen, la que es TAN ORGULLOSA de sus éxitos que llega a ventilarlos a los cuatro vientos y sin querer actúa de forma animada y en algunos casos se llega a embriagar de sus éxitos, olvidándose de voltear a ver a las personas que la rodean.
Probablemente además de que esta persona llegue a aburrir a los demás, también logra que las personas que les ha ido un poco mal, se incomoden y se quieran alejar ya que su presunción se convierte en soberbia y en un poco de envida.
Si la persona exitosa utiliza la prudencia y recuerda continuamente que el verdadero éxito es aquel que la engrandece sin deslumbrar o incomodar a sus seres queridos, seguramente encontrara la humildad necesaria para poder compartir sus logros sin deslumbrar a nadie. Con un poco de suerte hasta logra inspirar y ayudar a sus familiares que están atorados o no han tenido el éxito que desean.
Recetas para la Vida®
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La Receta
“Prudencia”
Ingredientes:
- 1 taza de asertividad- sensibilidad y juicio para actuar
- 2 rebanadas de humildad- modestia, sencillez y respeto
- 1 cucharada grande de gratitud – reconocimiento y valor por lo que se tiene
- 1 pizca de generosidad – abundancia para compartir los logros
Espolvorear actitud positiva, buen humor y comprensión a los demás con gusto
Recomendación del chef: uno es lo que proyecta y eso solo es el resultado de lo que se lleva dentro. Nutre tus pensamientos y trata con respeto y gusto a los demás y así serás tratado también.
Modo de preparación:
1. El éxito sabe mejor cuando se comparte con personas queridas. Compartir los momentos de grandeza con la familia y los seres queridos es sin duda el triunfo más sabroso. El éxito compartido siempre dura más.
2. La familia es muy importante. No vale la pena luchar o lastimar a la gente que está cercana ya que estos son la gente que tarde o temprano pueden dar la cara por ti. Cuando se tiene una buena relación la persona vive más contenta y le va mejor.
3. La actitud propia hace toda la diferencia. Llegar con el corazon abundante y con ganas de ver y compartir a la familia contribuye a que la familia se nutra y se una. Aprovecha cualquier oportunidad para fortalecer tus relaciones familiares, tú serás el más beneficiado.
“Cuidar y disfrutar a tu familia es nutrirte a ti mismo.
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