Hacer el amor
Hacer el amor es caminar juntos en la vida, superando los obstáculos que la misma vida les pueda presentar. Es crecer juntos espiritual e intelectualmente; evolucionar unidos, fortalecer los lazos …
Hacer el amor es caminar juntos en la vida, superando los obstáculos que la misma vida les pueda presentar. Es crecer juntos espiritual e intelectualmente; evolucionar unidos, fortalecer los lazos …
El buen humor y el optimismo. La naturalidad y el tacto. La inteligencia sin ostentación. La cultura sin pedantería. La conversación atractiva y amena. La feminidad en todos los momentos…
Recordar la ofensa como si hubiera ocurrido hace apenas varios minutos; desear las peores desgracias a la gente que nos ha insultado o injuriado, es vivir con odios y rencores. El camino del perdón es largo. No se puede olvidar una ofensa de la noche a la mañana, y más cuando la injusticia ha sido grave y ha marcado nuestra existencia. El primer paso para perdonar, es reconocer que determinada persona nos ha ofendido y debemos decirlo, el segundo paso, es separar la ofensa del ofensor. Esto, requiere de muchos momentos de reflexión; de masticar lo ocurrido de manera serena para comprender la actitud de la persona que nos ha agredido.
Amar la vida, quererla con sus obstáculos nos servirá para crecer. Es aprender desde joven que, tener el privilegio de existir conlleva una lucha constante por aprender diariamente a sortear dificultades. Si tenemos la mentalidad de salir lo mejor librado de cada prueba que nos va poniendo la vida, estaremos formando un espíritu fuerte que, conforme pasan los años será más difícil de derrumbar.
Hay que hacer el bien siempre que podamos, aunque algunos no lo comprendan. Lo malo está en que algunas personas piensan que hacen bien cuando no es así, sobre todo entrometiéndose en las vidas de otros, queriendo “componer” cosas que ni ellas mismas han realizado en sus propias vidas. Hacer el bien sin mirar a quien, sin esperar recompensa y muchas veces pasando desapercibido, es lo mejor que podemos hacer.
Nada hay que refresque mejor la sangre, como una buena acción. No hay medio más eficaz para hacerse bueno, que hacer el bien. No se puede ser bueno a medias. No ser bueno más que para si, es no ser bueno para nada. No todo lo grande es bueno, mas todo lo bueno es grande. No todos los hombres pueden ser grandes, pero pueden ser buenos. Si quieres algo bueno, búscalo en ti mismo. Toda criatura, por insignificante que sea, es siempre reflejo de la bondad de Dios. Un síntoma de gran bondad es: creer que los demás son buenos…