Parasha de la Semana: Shminí
Ocho -por encima de la naturaleza. Si colocamos vasos iguales, uno de ellos en el centro y el resto alrededor, el número de vasos que completarán el círculo alrededor del vaso central será siempre de seis. En esa formación hay siete vasos y no queda lugar siquiera para una pequeña copita, así será también con cualquier tamaño del círculo. Este hecho está explicado por los sabios de Israel de acuerdo a la regla que dice que el número siete enseña acerca del cierre del círculo en los ciclos de la naturaleza. El ordenamiento del tiempo en semanas que como se sabido fue fijado por el Creador y no por los seres humanos, también está compuesto por siete días cuyo centro es el Shabat. Después del Shabat no continuamos contando ocho y sucesivamente, sino que se vuelve a un principio para formar otro ciclo, un nuevo círculo. Ese ejemplo es uno de los tantos que expresan la perfección de la naturaleza -sistema formado por unidades de siete. Sabemos también acerca de la ley judía que obliga a descansar en el séptimo año del trabajo de la tierra, el campo, el huerto o la viña. A partir del séptimo año y al concluir la cuenta de siete años por siete veces consecutivas, completamos un sistema más amplio que abarca cuarenta y nueve años, después de los cuales será el año del “Iovel” -jubileo- que tiene muchas leyes particulares que lo regulan.
La inauguración del Tabernáculo duró siete días. El octavo día, primero de Nisán del año 2.449 después de la Creación se reveló la Presencia Divina y Aharón asumió por primera vez su función como Cohén Gadol. El número siete está relacionado con la naturaleza del mundo, con la parte exterior y limitada de la Creación. El número ocho en cambio expresa lo que está más allá del orden natural, muestra la revelación espiritual, la divinidad que está por encima de la naturaleza. Por ello sólo después de los siete días de consagración tuvieron los judíos el privilegio de presenciar la Gloria de D-os. Parashá Shminí comienza: “… y fue en el octavo día que llamó Moshé…” e inmediatamente surge la pregunta: por qué llama la Torá a ese día “el octavo día”, si una vez que los siete días de consagración concluyeron la cuenta…? No debería comenzar el ciclo nuevamente ? La explicación concuerda con lo que se explicó anteriormente. Los siete días de consagración concluyeron cerrando el círculo. Más el día que los siguió, día en que se inauguró el Altar, no sólo no fue un día común sino que fue un dia de gran importancia. Eso significa que hay sucesos excepcionales en los que se revelan fuerzas que rompen con las limitaciones de la naturaleza y que están representadas en el número ocho. Por eso, al finalizar con la descripción de lo que sucedió en ese día la Torá relata (Lev.9:23): “… y se mostró la Gloria de D-os a todo el pueblo…” tan sólo en el octavo día. Después de los siete días de consagración tuvieron los hijos de Israel el privilegio de tener la revelación de la Presencia Divina que está por encima de la naturaleza.
Aharón es considerado como la personificación de la paz ya que la amaba y hacía todo lo que estuviera a su alcance para conseguirla. La primera palabra de la Parashá es Vayehí: y pasó. Para algunos de nuestros sabios cuando se usa este término, se alude a algún acontecimiento trágico como lo fue en este caso la muerte de dos de los hijos de Aharón: Nadav y Abihú, quienes poseían un alto nivel espiritual. Su muerte se produjo por exceso porque trataron de asumir una cercanía a D-os por encima de la permitida y por tanto fueron castigados con severidad aún cuando sus intenciones eran puras.
En Yom Kipur en la Lectura de la Torá -Ajarei Mot Vaykrá 16:7- se menciona también el fallecimiento de los hijos de Aharón haciendo un paralelo entre un tzadik y Yom Kipur. Así como el día de Yom Kipur expía nuestros errores y pecados trayendo perdón, así también el fallecimiento de un tzadik trae perdón a su comunidad.
D-os instruye a Aharón sobre algunas de las leyes que deben ser cumplidas por los cohanim entre las cuales se destacan la prohibición de estar en contacto con un cadáver, salvo que se trate de sus familiares más cercanos: padre, madre, hermanos, hijos o esposa. El Cohén tampoco podía hacer el Servicio en el Templo después de haber tomado alguna bebida alcohólica ya que la intoxicación produce sueño y disminución de la claridad mental. En la actualidad esta regla sigue vigente para aquellos que deben juzgar una decisión según la Halajá. El carácter de una persona puede ser evaluado según tres criterios: Bekosó -en su copa- observando sus hábitos en la bebida; Bekisó -en su bolsillo- al observar su forma de trabajar, negociar y dar tzedaká (caridad); y Bekaasó -al enojarse- según como maneje su enojo y temperamento.
En esta Parashá se establecen las señales que diferencian a los animales que son casher de aquellos que no lo son. Para que un animal sea considerado casher debe tener dos características: pezuña hendida (completamente) y ser rumiante. Existen cinco clases de animales que sólo tienen una de estas características, y por lo tanto no pueden ser ingeridos. Ellos son: el camello, el conejo, la liebre, los animales llamado sh´sua que son rumiantes pero que no tienen la pezuña hendida, y el cerdo que tiene la pezuña hendida pero no es rumiante. Los animales casher son: gacela, corzo, antílope, búfalo, cabra montés, gamuza, bisonte, toro, oveja, cabra, carnero, ciervo. Los peces casher son los que tienen aletas y escamas. La Torá lista 24 aves que no son casher entre las cuales se mencionan: águila, buitre, cisne, alcatraz, cigueña, cuervo, halcón, buho y gaviota. las demás a excepción de las listadas en la Torá pueden ser consumidas y entre ellas encontramos: pollo, gallina, gallo, pato, ganso y pavo. Todas las especies animales están mencionadas en la Torá. No hay ninguna especie que se haya descubierto con posterioridad.
Fuentes:
Mati Jakubowicz y Jaya Perman: “Al Compás del Tiempo…”. Organización Jabad Lubavitch de Venezuela. Caracas, 1991
Publicación “Le´Jaim”. Organización Jabad Lubavitch de Venezuela. Caracas 1993
Notas personales de Carla de Castro Sosa en www.madregot.com – 2002-2013