“Y “olió” Dios el aroma placentero (del sacrificio de Noaj), y dijo el Eterno para Sí: “No volveré a maldecir a la tierra por causa del hombre…”(Breshit 8/21)
Algo inigualable hizo Noaj al salir del arca.
Durante doce meses cuidó de la creación, la alimentó – cada uno a su horario – la limpió… en fin, fue un año entero de entrega total a lo que sería la nueva simiente del mundo. Cuando por fin sale de su abnegado encierro, lo primero que hace es tomar de los animales que tanto atendió, y ofrendarlos a Dios.
Es verdad que debía agradecer de alguna manera a Quien lo salvó de diluvio y eligió para regenerar por su intermedio a la humanidad entera, pero ¿Por qué entregó algo que tanto le costó conservar con vida?
Explica Rabí Shimshon Hirsch, ZT”L.
“El sacrificio que realizó Noaj en ese momento, marcó un hito en la historia, pues fue la primera reacción que tuvo el hombre al dársele la oportunidad de reconstruir su mundo.
El altar que construyó Noaj fue hecho a base de piedras aglomeradas sobre la tierra, como debía ser edificado en el Bet HaMikdash, y no por medio de un monolito tomado en su forma natural. Pues esa manera de percibir la relación con el Creador del universo, la que también nos fue transmitida a través de la Toráh, manifiesta que la elevación humana hacia los estratos espirituales, deberá comenzar desde el terreno que pisa. De esta manera el altar será no más que una extensión de él. Ya que esta es la esencia del mizbeaj (altar): Elevar a la tierra por medio de éste hacia su Creador, en virtud de la labor humana.
De esta manera, cuando Noaj sacrifica de aquellos animales que tanto cuidó, en realidad, se sacrificaba él mismo a través de ellos. Al momento de degollarlos, recibir su sangre y verterla, colocar sus partes al fuego, etc., Noaj se entrega a la voluntad de Dios de manera absoluta, así como le fue dictaminado a Israel en la Toráh.”
Esta fue la única manera que Noaj encontró para agradecer al Todopoderoso por su salvación, y por creer en la posibilidad de la rectificación de las acciones humanas.
Así, Dios, al “oler” el aroma de esos sacrificios, decide no volver a exterminar al género humano.
Explica Rabí Shimshon que la raíz de la expresión “Nijoaj”(placentero), no se refiere propiamente a un goce físico, sino a una sensación de calma, de satisfacción espiritual. Esta es la primera ocasión en que este término figura en la Toráh, de alguna manera diciendo que todos los demás sacrificios son solo portadores parciales de dicho “deleite”.
Noaj se colocó a la cabeza del futuro de la humanidad. Su sacrificio exteriorizó las acciones que la humanidad realizará a lo largo de las generaciones, las cuales concretarán la voluntad del Todopoderoso y materializarán Su“satisfacción espiritual”.
En la visión del judaísmo, idealmente los sacrificios o “korbanot”, representan el aspecto central del hombre, su vitalidad y su corazón. Pues por medio de ellos conseguimos alzar nuestro mundo físico a su nivel real; a servir solamente de medio para apegarnos al propósito de nuestra creación: Concretar la Voluntad de Quien nos dio la vida.
Aún es posible agregar una idea más sobre este servicio a Dios. Pues, a diferencia de los sacrificios ofrendados por Caín y Hébel, Noaj demostró que también es posible aproximarnos por medio de ellos al Creador del universo, incluso después de fallar en el cumplimiento de SuVoluntad, retornando a Él de todo corazón.
Inclusive el mismo término Korbán denota esa cualidad especial, pues viene de la raíz Kirvá(aproximación o acercamiento), diciendo de alguna manera, que por medio de él, Dios nos acercará de nuevo a Su realidad.
En la actualidad es posible manifestar los korbanot de distintas maneras; a través de nuestras tefilot y súplicas sinceras, y por medio de nuestra franca disposición de hacer SuVoluntad en todo momento y en cualquier lugar.
Shabat Shalom