En esta oportunidad la parashá dedica su atención al compendio de leyes que el hombre debe tratar y derivar, para establecer una perfecta convivencia social, especialmente al tema de la verdad y la mentira, sus parámetros y de cómo comportarnos para alejarnos lo más posible de la falsedad.
“No aceptarás un reporte falso; no pondrás tu mano con el malvado para ser testigo fraudulento.
No irás en pos de la mayoría para hacer mal; y no responderás sobre un litigio cediendo a la mayoría para pervertir [el juicio].
No concederás distinción al menesteroso en su litigio.
Si encuentras el toro de tu enemigo o su asno extraviado, ciertamente lo regresarás.
Si ves el asno de tu enemigo caído debajo de su carga ¿te abstendrás de ayudarlo?; ciertamente ayudarás junto con él.
No pervertirás el juicio de tu necesitado en su causa.
De una palabra falsa te alejarás; al inocente y al justo no ejecutarás, pues Yo no absolveré al malvado.
No aceptarás soborno, pues el soborno ciega a los videntes y corrompe las palabras justas” (Shemot 23:1-9)
Esto evidentemente corresponde al tema de la verdad y la mentira. Sin embargo, al poner un poco de atención, es posible observar una idea que aparentemente no tiene relación con la verdad y falsedad: Ayudar a nuestros enemigos en momentos de apuro.
Rabí Eliyahu Dessler, ZT”L, explica lo siguiente.
“Siempre entendimos que verdad significa, relatar los hechos tal cual como acontecieron, y mentira, es lo contrario.
No obstante, esto es cierto únicamente en situaciones simples, mas, en la realidad existen contextos en los cuales esa fórmula no es aplicable. A veces está prohibido contar incidentes tal como sucedieron, por ejemplo mencionar los notorios defectos de nuestro prójimo, si no hay una razón justificada para hacerlo. Inclusive en ocasiones habrá que cambiar los hechos cuando la verdad no favorece sino, al contrario, afecta. Puesto que aquello que aparentaría ser verdad, en realidad, es mentira, ya que concibe un resultado negativo y, al contrario, lo que se vería como mentira es, realmente, verdad, ya que conduce a un objetivo positivo.
En resumen: Verdad, es cualquier elemento que nos encamina hacia el bien, y a la materialización de la voluntad de Nuestro Creador. Mentira es aquello que nos aleja de dicho objetivo.
Por lo tanto, nunca una persona conseguirá dirigir su comportamiento hacia la verdad pura, siempre que rijan sobre él pretensiones materialistas, egocéntricas y del mal. Ya que sus ojos se ciegan, inclinando la realidad de acuerdo a sus intereses personales”.
En otras palabras, únicamente superando nuestros sentimientos de odio, dedicándonos a ayudar a quien en algún momento nos perjudicó, como figura en el texto, es cuando realmente podremos confiar que nuestra noción de la verdad está positivamente ajustada.
Shabat Shalom